Con el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Zamora a rebosar y los abanicos literales e improvisados intentando mover en vano el aire caliente, el recuento de votos para poder investir a Francisco Guarido, de Izquierda Unida, como alcalde por tercer mandato consecutivo proporcionó la anécdota de la sesión extraordinaria.

Una vez emitidos los 25 votos, ninguno de ellos nulo ni en blanco, empezó la recitación de los nombres escritos. Francisco Guarido, Francisco Guarido, Francisco Guarido… todo indicaba que, además de los sufragios de los diez ediles de Izquierda Unida obtenidos en las Elecciones Municipales del 28 de mayo, se incorporarían los tres del Partido Socialista, quién sabe si como pacto de Gobierno o como mero apoyo y luego, ya veremos, teniendo en cuenta el secreto absoluto en el que se mantuvieron las negociaciones con el cabeza de lista del PSOE, David Gago.

Como la cuenta de memoria siempre puede correr el riesgo de fallar, había que recontar los votos emitidos. “Doce, qué raro”, dice la presidenta de la Mesa de Edad, Laura Rivera, acompañada por Pablo Novo, como vocal. “¿Han votado todos, verdad? Nos salen doce”, preguntó.

Hubo algunas miradas furtivas entre los menos iniciados porque nada está realmente hecho hasta que lo está. No obstante, estaba claro que no iba a haber sorpresas porque el cabeza de lista del Partido Popular, Jesús María Prada, tenía ocho votos, los que tenía que tener; el de Zamora Sí, Francisco Javier Requejo, dos, es decir, los propiamente emitidos; Javier Eguaras, de Vox, exactamente lo mismo y David Gago, del PSOE, no había recibido ninguno. Otra cosa habría sido que hubiera tenido un voto, lo que daría rienda suelta a la imaginación, pero no fue el caso y, por tanto, no hubo revuelo alguno. “Ah, es que estaba colocado en otro montón”, dijo Laura Rivera. Al final, en el nuevo recuento salieron los trece votos necesarios para materializar la idea inicial.

Jurar y prometer

El apartado de jurar o prometer el cargo de concejal siempre da motivos para hablar en los mentideros y merece la pena prestar cierta atención. La norma general no escrita prescribe que la derecha y el centro derecha jura, sin especificar si lo hace según la primera o la segunda acepción de la Real Academia Española, y la izquierda promete, lo que significa que no mete a Dios por medio, que tampoco tiene culpa en estos asuntos temporales.

Luego están las coletillas y los cambios del texto habitual. Hace muchos años que se popularizó el consabido ‘con lealtad al Rey, por imperativo legal’ que, en contra de lo que cabría esperar, no todos los ediles de Izquierda Unida pronunciaron al prometer el cargo. Lo hicieron escrupulosamente Manuel Alexander Alonso, Diego Bernardo, María Eugenia Cabezas, Inmaculada Lucas, Pablo Novo, Laura Rivera y Miguel Ángel Viñas.

El concejal nacido en Munich (Alemania) Christoph Albert Karl Kaspar Strieder no puntualizó de esa forma y tampoco lo hizo el propio Francisco Guarido, como ha ocurrido desde su primera investidura como regidor.

Además, la número dos de la candidatura del Partido Sociaolista, María Auxiliadora Fernández, expresó una fórmula muy diferente al prometer el cargo: “Prometo trabajar desde la lealtad y la dignidad, inherente al compromiso que adquirimos hoy ante los ciudadanos y lo haré desde el máximo respeto a la libertad y a los valores contenidos en la Constitución y en la Declaración de los Derechos Humanos, máximo exponente de lo que deben ser las relaciones entre los humanos”.

Por su parte, juraron Eva Victoria Ariza María Victoria, Javier Eguaras, Julio Eguaras (el primero, cabeza de lista de Vox y el segundo, su hermano, integrante de la candidatura del Partido Popular), Sergio de Fuentes -a cuyo primer apellido le eliminaron la partícula-, María Teresa Gago, David Gago, David Ángel Hernández, Víctor López, Fernando Lozano, Beatriz Lozano, Jesús María Prada, Francisco José Requejo y Eloy Tomé.

Pacto

En cuanto al acuerdo que IU y el PSOE mantuvieron en secreto hasta el último momento, el número uno de la candidatura socialista, David Gago, recalcó que la decisión de apoyar la investidura de Guarido no es solo de los concejales, sino también de la Ejecutiva del PSOE de Zamora. “Lo tuvimos claro desde el primer momento, desde la noche electoral. No creo que sea una sorpresa para nadie. Este ayuntamiento no iba s ser gobernado por la derecha ni por activa ni por pasiva. Es una voluntad de los tres concejales. No entro ni en pelotas ni entejados. La voluntad es trabajar por un ayuntamiento estable para los próximos cuatro años”, sentenció.

En cualquier caso, hablando de balones, Francisco Guarido dejó durante su discurso de investidura uno bien grande, de playa, ya que expresó su intención de “intentar que no gobierne solo la lista de Izquierda Unida”. En este contexto, David Gago insistió en que, no ha habido contacto alguno ni novedad desde el pasado miércoles. “Hay tiempo de sobra. Hoy solo se elige al alcalde de la ciudad y, a partir de Ahora, hay un plazo de 30 días hábiles para elegir el Equipo de Gobierno”, subrayó. “Nos lo tomamos con la calma que exige un acuerdo de estas características, que es de estabilidad y futuro para la ciudad”, indicó.

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