Hay recuerdos que las mamás y los papás guardan como un tesoro en su retina para siempre. La primera sonrisa de su bebé, sus primeros pasos, ese primer traje que le pusieron o su primer corte de pelo. Y en Zamora, este último recuerdo suele ir asociado a un lugar muy concreto: la peluquería infantil Carry. Un establecimiento histórico, ubicado en las galerías de La Marina que el próximo mes de octubre cumplirá nada menos que 40 años.
Cuatro décadas de historia, que es también la de miles de zamoranos que han crecido en los sillones de Carry, bajo las dulces y atentas manos de Conchi Carricajo y Tita Pérez. Una historia que comenzaba en octubre de 1983 con Conchi, cuyo apellido es el que da nombre a la peluquería. Ella trabajaba en una peluquería de señoras, pero "siempre cortaba el pelo a los niños porque le encantaba". Lo cuenta Tita, que llegó unos cinco años más tarde (con 19 años) y heredó el negocio hace diez, cuando Conchi se jubiló tras una vida dedicada a sus pequeños clientes.
De aquellos tiempos, Tita recuerda que apenas había peluquerías infantiles. "Creo que Carry fue la primera de España, porque a Conchi le costó muchísimo encontrar un sillón para niños, porque no había", detalla. Es más, aún en la actualidad, no existen muchos salones infantiles como el suyo, aunque si recuerda que la vecina Burgos tiene una peluquería infantil que abrió años más tarde que Carry y con la que ha compartido clientela de emigrantes zamoranos.
Sea como fuere, la magia de esta historia de 40 años es que tanto Conchi como Tita encontraron en los niños su público ideal. "Siempre hemos preferido trabajar con niños, se trabaja muy a gusto y nos encanta", detalla. Y debe ser mutuo, porque aunque para muchos niños es todo un trauma pasar por ese momento de sentir cerca las tijeras o la máquina eléctrica, en Carry no suelen tener mucho problema de miedos y llantos.
La magia de Carry
Tita explica que la clave está en entretener a los pequeños. Y prueba de ello es cada rincón de su colorida peluquería. El salón es todo un túnel del tiempo de juguetes de otras épocas y otros actuales, pensados para que los pequeños se distraigan con ellos y no tengan ningún miedo de la tijera. En la parte superior sorprende ver unos preciosos trenes antiguos (con los que ya no dejan jugar) y unos cuantos juguetes de madera, que se nota que han tenido que entretener a muchos pequeños.
Pero también cuentan con juguetes más modernos, como pequeños ordenadores de juguete, que Tita utiliza para sustituir a las omnipresentes tablets. "Como me preguntaban si no tenía una tablet, me hice con estos ordenadores de actividades", explica. Y es que en Carry no se usan móviles o tablets, "a no ser que los padres les pongan las suyas". Tita lleva décadas entreteniendo a los pequeños con juguetes y así mantiene su costumbre en la era de las pantallas. Además, tiene comprobado que los pequeños "se entretienen muchísimo con los juguetes normales, les llaman mucho la atención porque ya no los usan tanto".
Pero la magia de Carry no está solo en el entretenimiento. Tita habla suave y con muchísimo cariño a cada cliente que se pone en sus manos. Ella no sabe decir si ese es el truco, pero es lo que lleva haciendo 40 años y parece funcionar. También está más que acostumbrada a "trabajar en movimiento". Y es que estos pequeños clientes no son de estarse quietos precisamente, así que Tita, su peine y sus tijeras se van moviendo al son que marcan estas pequeñas cabecitas inquietas.
La peluquería de varias generaciones
Con cuatro décadas de trabajo no es de extrañar que ocurra lo que EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León ha presenciado en pleno directo mientras hacía este reportaje. Como decíamos, por las manos de Tita y Conchi han pasado muchos zamoranos, y es habitual que papás y mamás que fueron de niños, ahora llevan a sus pequeños a esta misma peluquería. "Muchas veces entran con los niños, me suenan sus caras y, al final, me dicen que eran clientes y acabo recordando quién es", explica Tita.
Y esto es lo que ha pasado. María llegaba con su pequeña Celia para cortarle el pelo. La cual, por cierto, se ha portado increíblemente bien durante su sesión de belleza. Sentada en el sillón blanco de Carry y entretenida con un reloj de juguete se ha dejado cortar el pelito sin moverse. Mientras, María explicaba que también había sido clienta y solo con decirle el apellido Tita recordó al instante quién era. Una historia que se repite una y otra vez en este establecimiento y que, reconoce, "me da una alegría enorme".
Carry puede presumir de tener una clientela muy fiel, que no solo vuelve cuando tiene hijos, sino que de adultos siguen confiando en las manos de Tita. La estilista infantil cuenta que "hace poco he peinado a una novia que venía de niña y que sigue siendo clienta desde entonces, aunque ahora vive en Madrid". De la guardería al altar, nada menos.
Tita reconoce que las chicas dejan antes de venir al salón infantil porque "quieren mechas o teñirse", y es un servicio que Carry, lógicamente, no ofrece. Pero con los chicos le pasa más a menudo que "son mayores y siguen viniendo aquí a que les corte el pelo". Tanto es así que Tita ha aprendido a hacer los degradados que tan populares se han hecho entre los jóvenes. "Aunque a veces me piden cosas tan complicadas que ya les tengo que mandar a una barbería", reconoce.
"Podríamos escribir un libro"
Ahora que se dice tanto eso de que los niños no son como antes, Tita puede asegurar que sí. "Los niños son como siempre. Son muy graciosos y tienen unos golpes buenísimos", añade. Todos tenemos en el imaginario colectivo que la peluquería es un lugar para charlar y cotillear un poco también, y los niños no se quedan atrás en esta tarea. Tita explica que charla mucho con ellos y que a veces "cuentan más de lo que deben y te ríes muchísimo".
Con esta incontinencia verbal de los pequeños y tantos años de historia, Tita y Conchi siempre han bromeado con la idea de que "podríamos haber escrito un libro" con las ocurrencias de los pequeños. "Te cuentan mil historias, son majísimos y no los cambio por nada", asegura.
Tras este divertido rato en la peluquería infantil Carry, solo nos queda desear que tengan muchos años más de trabajo y que celebren "con una buena cena" sus cuarenta años de historia en Zamora.