El pasado mes de julio, miembros del Seprona de la Guardia Civil de Benavente (Zamora) se percataron de la realización de prospecciones ilegales en el campamento romano de Petavonium y sus aledaños, una zona arqueológica catalogada como Bien de Interés Cultural.
Los agentes observaron que la profundidad de las prospecciones podría relacionarse con la extracción de restos arqueológicos e intensificaron la vigilancia en esa zona y en otros puntos de especial relevancia en los que se pudiera estar utilizando detectores de metales para localizar objetos antiguo como fíbulas (broche para sujetar prendas de vestir) o monedas, según explicaron fuentes de la Comandancia de Zamora. Uno de los trabajadores del recinto había denunciado la aparición de excavaciones no autorizadas.
Los dispositivos desplegados permitieron al Seprona interceptar a tres hombres que estaban acampados, ocultos en las proximidades del campamento romano de Petavonium y que llevaban consigo detectores de metales, azadas, linternas, útiles de limpieza y fundas para monedas, además de monedas y una fíbula.
De esta forma, se investiga a los tres hombres como supuestos autores de un delito contra el Patrimonio Histórico y uno de ellos, como autor de un delito de desobediencia al huir del control de los agentes que le identificaban.
La actividad descrita es una práctica “no permitida, ilegal y dañina”, llevada a cabo por “arqueofurtivos”, que “expolian” yacimientos arqueológicos. “No solo esquilman el patrimonio histórico, sino que también ocasionan daños irreparables a los BIC e incurren en una conducta constitutiva de un ilícito administrativo o penal que puede acarrear penas de prisión de hasta tres años y multa de doce a veinticuatro meses”, advirtieron las mismas fuentes.
Las diligencias y los efectos intervenidos, fueron entregadas en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Puebla de Sanabria.