Pedro Fernández Vara, el sacerdote más longevo de las diócesis de Astorga y Zamora, celebró sus cien años de vida el pasado 1 de septiembre en la Residencia del Amor De Dios de Zamora, donde reside actualmente. Su vida y trayectoria pastoral han sido un testimonio de dedicación y servicio a la Iglesia y a la comunidad a lo largo de los años.
Nacido en Ferreras de Abajo, en la provincia de Zamora y bajo la diócesis de Astorga, el 1 de septiembre de 1923, Pedro Fernández Vara comenzó su camino en el Seminario Diocesano de Astorga. Su ordenación presbiteral tuvo lugar el 11 de junio de 1950 en la ciudad leonesa.
Inició su ministerio pastoral en la parroquia de Casayo, ubicada en la comarca de Valdeorras, en la provincia de Orense. A partir de entonces, desarrolló su labor pastoral en diversas parroquias astorganas de la provincia de Zamora, pasando por lugares como Pozuelo de Tábara, Burganes de Valverde, Mombuey y, finalmente, Micereces de Tera.
A los 67 años de edad, Pedro Fernández Vara se trasladó a Zamora, donde continuó su servicio religioso colaborando en capellanías, como la Residencia San Gregorio y el tanatorio Sever. Durante su estancia en la ciudad, ha sido un ejemplo de fe y dedicación para la comunidad.
El punto culminante de la celebración de su centenario tuvo lugar el pasado sábado 2 de septiembre, con una emotiva eucaristía en la Residencia del Amor De Dios, que contó con la presencia de algunos de sus familiares y amigos. Visiblemente emocionado, el sacerdote expresó su gratitud por toda su vida y su labor pastoral, desde sus comienzos en Casayo hasta el presente.