La concejala de Servicios Sociales, Auxi Fernández, y la presidenta del Colegio de Veterinarios, Elena Laguno, han suscrito un nuevo acuerdo de colaboración centrado en la protección y el bienestar de los gatos callejeros que habitan en las 72 colonias felinas oficialmente registradas en la ciudad, cifra que asciende a alrededor de 700 gatos sin hogar.
El acuerdo, que cuenta con un presupuesto de 14.000 euros, otorga al Colegio de Veterinarios la responsabilidad de llevar a cabo la esterilización de estos gatos, empleando el método conocido como CES (Captura-Esterilización-Suelta). Además, este proceso se llevará a cabo en estrecha colaboración con los alimentadores voluntarios autorizados por el Ayuntamiento.
Las cuatro clínicas veterinarias de la ciudad involucradas en este programa, Asivet, Sylvestralia, Santa Elena y Kinditin, no solo llevarán a cabo la esterilización, sino que también realizarán la desparasitación, vacunación y el marcaje por microchip de los gatos, manteniendo registros clínicos individuales para un adecuado seguimiento y control sanitario. Adicionalmente, estas clínicas estarán preparadas para atender cualquier emergencia médica que pueda surgir en relación con los gatos de las colonias urbanas.
En conformidad con la recientemente promulgada Ley de Bienestar Animal, que ha entrado en vigor recientemente, el acuerdo también impone la obligación de implantar microchips en los gatos callejeros y crear una cartilla de salud a nombre del Ayuntamiento de Zamora, que asumirá la responsabilidad en caso de cualquier incidente, según explicó el veterinario Esteban González, quien lidera el Servicio de Salud Pública del Ayuntamiento.
En paralelo a esta iniciativa, ha sido presentada la Asociación 'Los Michifantásticos', fundada por las estudiantes Débora Díez Sandoval y Noelia Martín Fernández, quienes poseen la autorización como alimentadoras de gatos callejeros. A partir de ahora, esta asociación fungirá como enlace entre la comunidad de alimentadores y las autoridades locales, además de desempeñar un papel informativo en el ámbito del cuidado de estos animales.
La concejala de Servicios Sociales, Auxi Fernández, del partido socialista, subrayó la importancia de tales acuerdos en un país con una población de 29 millones de mascotas y enfatizó la necesidad de que el Ayuntamiento de Zamora cumpla con la Ley de Bienestar Animal, protegiendo los derechos de los animales como seres sintientes y evitando el abandono y el maltrato.
Fernández expresó su reconocimiento hacia los alimentadores voluntarios y pidió respeto para su labor, destacando que en muchas ocasiones enfrentan críticas injustificadas por parte de vecinos que no comprenden su trabajo.
Por su parte, el jefe del Servicio de Salud Pública, el veterinario Esteban González, aclaró que la única modificación introducida por la Ley de Bienestar Animal en relación con este acuerdo es la obligación de implantar microchips en los gatos callejeros y crear cartillas de salud a nombre del Ayuntamiento de Zamora, que asumirá la responsabilidad final en caso de cualquier problema. Los alimentadores seguirán disponiendo de carnés que deben solicitar previamente, al igual que en años anteriores.
Elena Laguno, presidenta del Colegio de Veterinarios, expresó su confianza en que la aplicación de este segundo acuerdo, que se ha firmado con cierto retraso para ajustarse a la Ley de Bienestar Animal que entró en vigor a finales del mes pasado de septiembre, contribuirá a establecer un control más efectivo y delimitar estas colonias felinas en beneficio de la salud pública. El convenio también incorpora la vacunación de los gatos recogidos como medida para prevenir la transmisión de enfermedades a los seres humanos.
La presidenta de 'Los Michifantásticos', Débora Díez Sandoval, compartió que la asociación surgió como respuesta a la necesidad de un grupo de amigas alimentadoras que se encontraron en una situación de urgencia cuando tuvieron que atender a una gata enferma debido a complicaciones en su parto.
Débora Díez relató que tuvieron que costear los cuidados médicos de su propio bolsillo y que como estudiantes, no tenían los recursos para proporcionar atención a otros gatos en situaciones similares. Esta experiencia impulsó la creación de la asociación, con el objetivo de recaudar fondos y establecer un acuerdo con el Ayuntamiento para servir como intermediarios entre los alimentadores y las autoridades municipales.