Juan Carlos Argüello, más conocido como 'Muelle', está considerado como el primer escritor de grafiti (grafitero) español. Tal es su fama, que perdura desde hace décadas a pesar de su muerte, que su Madrid natal le dedicó en 2016 una calle en su barrio de origen, Campamento, y en 2022 una placa conmemorativa en la que fue su casa en el mismo distrito.
'Muelle' surgió en plena efervescencia de la Movida madrileña, donde plasmaba su peculiar firma en las paredes y espacios públicos un distintivo logotipo que él mismo había concebido. Este emblema constaba de la palabra 'Muelle', acompañada de un diseño que mostraba un muelle terminado en una flecha, y una letra 'R' enmarcada en un círculo. Posteriormente, Argüello registró esta creación con la intención de proteger sus derechos de autor.
Fue precisamente esa improta la que se toma como primer exponente del arte urbano de España, cuyos primeros indicios se remontan a 1982. En un primer momento, las autoridades policiales sospecharon que estos símbolos podían ser mensajes codificados utilizados por algún grupo de narcotraficantes para disuadir a bandas rivales de operar en su territorio, por la forma de su trazo en forma de flecha.
No obstante, se descubrió más adelante que los responsables de esta peculiar actividad eran jóvenes liderados por un individuo apodado Muelle, quienes emulaban la tendencia de origen neoyorquino conocida como 'graffiti'. Estos artistas, cuyas firmas solo se encontraban en la capital, Madrid, se hicieron conocidos como 'flecheros' debido a la característica adición de trazos con forma de punta de flecha en sus creaciones. Entre los exponentes de este estilo se encontraban artistas como 'Rafita', 'Glub', 'Bleck' y 'La Rata'.
La firma de 'Muelle' recorrió todo el país pero curiosamente en Zamora capital tiene un espacio destacado, y a la vez oculto. Era un 29 de noviembre de 1991 cuando Los Blues Sharks, grupo del que Juan Carlos Argüello era batería, actuaron en La Cueva del Jazz. La banda había pactado con Miguel Sotelo, dueño de la sala, que si 'Muelle' hacía una firma en el local, estos grabarían en vídeo VHS su actuación y se la llevarían de recuerdo. Unas imágenes que, por cierto, fueron emitidas en Antena 3 posteriormente y que los dueños de la sala de conciertos aún conservan.
Y así fue. Al día siguiente, antes de volver a Madrid el grupo cumplió con su promesa, pero con peripecia previa. Resulta que el local no tenía espacio para una gran pieza de 'Muelle', de hecho, apenas cabía una firma en espray. Pero Juan Carlos recordó que llevaba en su equipaje un aerógrafo, aunque sin la tinta.
Así que a toda prisa tuvieron que comprar uno nuevo en una tienda de Zamora, que aún se mantiene abierta y que en la época también vendía materiales para grafiti. Y así es como, en un rincón de La Cueva del Jazz, en la plaza del Seminario, quedó para siempre plasmada parte de la historia del arte urbano español.