Riofrío de Aliste (Zamora) mantiene en pleno auge la obisparra de Los Carochos, una de las mascaradas de invierno más conocidas de la provincia de Zamora, declarada en 2002 Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León.

Los Carochos hacen una espectacular salida en torno a mediodía, con gran participación popular. El Diablo Grande y el Diablo Chiquito aparecen con su atuendo negro, envueltos en humo y en medio del ensordecedor ruido que producen los cencerros colocados a su espalda. El Diablo Grande lleva máscara negra de corcho, con nariz y labios rojos, dientes blancos y colmillos de jabalí y la cabeza, cubierta por vellón de oveja. El Diablo Chiquito lleva la cara tiznada de negro y largos pelos de cola de caballo o rabo de vaca sobre ella. Llaman la atención las tenazas articuladas y la ceniza.

A continuación, llega el grupo de los Gitanos, dirigiendo un carro tirado por burros; los Cuatro Guapos y El del Lino, un intérprete con libertad de movimientos en todo el ceremonial, que cierran la comitiva.

Las peleas entre los contendientes, el cruce del río por parte de los dos carochos, el baile de los personajes de la mascarada con los vecinos del pueblo y el momento en que dan a probar chorizo al vecindario, como prueba de agradecimiento a su constante apoyo en el mantenimiento de la celebración, son algunos de los instantes más representativos de la mascarada. En torno a la hora de comer, el paso del río por el agua y junto al puente.

“Este es el detalle más importante. El puente es obra humana. Estos seres son los démones clásicos, seres intermedios entre los hombres y los dioses, que pasan por el río. No son hombres para pasar por el puente”, precisa el investigador y experto en mascaradas Bernardo Brioso, fallecido el día 26 del pasado mes de octubre.

La Asociación Cultural ‘Amanecer de Aliste’ publica desde hace doce años la revista ‘Los Carochos’, sobre la mascarada, para reivindicar esta fiesta de invierno que protagonizan once mozos del pueblo, aunque algunos de sus roles sea el de mujer. “Una de las principales aportaciones de la revista Los Carochos es un cuidado diseño y una estética particular en la que la creatividad es un elemento fundamental de esta apuesta periodística”, destacó Rubén Gago, de la Asociación.