El sector apícola en Zamora se encuentra en un momento muy difícil, según Francisco Alonso, secretario técnico de la Unión Profesional de Apicultores Apis Durii. La situación, ya compleja en años anteriores, se ha agravado debido a la entrada masiva de miel procedente de terceros países, especialmente de Turquía y Reino Unido.
Un estudio reciente de la Comisión Europea ha revelado que aproximadamente el 43% de la miel importada "podría estar adulterada", especialmente aquella proveniente de Turquía y Reino Unido. Francisco Alonso apunta que esto lleva a una competencia desleal con las mieles españolas, ya que estos productos llegan al mercado a precios muy bajos.
Aunque España es uno de los principales productores de miel, la mayoría de la miel consumida en nuestro país proviene de mieles más baratas importadas del exterior. "Compramos lo más barato, que, lamentablemente, suele venir de fuera. La realidad es que las grandes industrias españolas no han comprado miel a los apicultores en los últimos dos años", destaca Alonso.
El secretario técnico de Apis Durii recuerda que el año pasado, la falta de mercado llevó a que muchos apicultores vendieran su miel a precios irrisorios, alrededor de 3 euros por kilo, en comparación con los precios habituales. Este año, la situación no parece mejorar, y es que no se ha comprado producto a los apicultores.
A esto se suman obstáculos adicionales, como la guerra en Ucrania y la situación económica general. "Estamos en un pulso constante con la industria y la economía, además de lidiar con las consecuencias de la guerra en Ucrania, que nos está afectando a todos", comenta Alonso.
Reducción de los nuevos apicultores
Apis Durii ya trabaja como asociación autonómica de apicultores, y es conocedora de que las incorporaciones de nuevos apicultores se han frenado en los últimos años. "Aunque cada año se incorporan entre 8 y 10 apicultores profesionales en la provincia de Zamora, esta cifra ha disminuido significativamente en comparación con años anteriores", explica.
Y sobre la recuperación del sector apícola en la Sierra de la Culebra explica que, aunque se logró mitigar en parte con el apoyo de la Junta de Castilla, los seguros contratados por los apicultores y la ayuda directa de Caja Rural de Zamora, la pérdida de colmenas fue del 20% en el censo de colmenas.
Aún así, Francisco Alonso indica que "la naturaleza está recuperando terreno, y esperamos que el próximo año podamos volver a la normalidad. La sierra está mostrando signos positivos de recuperación, con plantas de brezo de altura considerable".
La invasión de la avispa asiática
La presencia de la avispa asiática también es otro dolor de cabeza para los apicultores de Zamora. Francisco Alonso indica que la semana pasada se descubría el último nido de la avispa velutina, aunque ya estaba inactivo. A pesar de esto, destaca que la situación debe "tomarse en serio", ya que la avispa asiática se ha extendido por toda la provincia y se espera que genere problemas en la apicultura en un futuro cercano.
"No hemos movilizado a los medios para lidiar con esto, ya que no tiene sentido gastar dinero en la movilización de Bomberos para nidos inactivos", comenta Alonso. Sin embargo, advierte que es solo cuestión de tiempo antes de que se comiencen a notar los problemas.
Uno de los mayores problemas que plantea la presencia de la avispa asiática es su impacto en las colmenas de abejas zamoranas. Alonso explica que las abejas son inteligentes y, al ver la presencia de avispas asiáticas cerca de la entrada de la colmena, optan por quedarse adentro, lo cual afecta su capacidad para trabajar y recolectar alimento.
El secretario técnico de Apis Durii recomienda a los apicultores que comiencen a trampear a partir del mes de marzo. "Es la única forma que tenemos de luchar contra ella. Cada reina eliminada es una amenaza menos", enfatiza.
Desde la organización esperan que Sanabria y La Caraballeda sean las primeras zonas en notar los efectos de la avispa asiática, pero Alonso señala que ninguna zona de la provincia, "excepto quizá La Guareña", se librará de su presencia a largo plazo.
Control de nuevas colmenas
La sequía y el cambio climático también se suman a los desafíos del sector apícola. "Cuando este problema esté plenamente implantado, el mercado será complicado. La sequía está reduciendo las producciones, y los grandes censos de colmenas en otras regiones podrían mermar", advierte Alonso.
Alonso destaca la importancia de tomar medidas a nivel gubernamental y pide al Gobierno de España que guíe a las comunidades autónomas en la gestión de este problema. Además, señala la necesidad de regular la entrada de nuevas colmenas en la provincia, con la conocida trashumancia, y aplicar sanciones a quienes incumplen las leyes apícolas.