Un agente de la Guardia Civil observa el lugar donde Arancha fue atacada por cinco perros. Al fondo, la caravana del pastor, responsable de los animales

Un agente de la Guardia Civil observa el lugar donde Arancha fue atacada por cinco perros. Al fondo, la caravana del pastor, responsable de los animales Diana Serrano

Zamora

El juez decreta prisión provisional sin fianza para el dueño de los perros que asesinaron a Arancha en Roales

Además, ha ordenado el sacrificio inmediato de los animales, que se encontraban bajo custodia

16 febrero, 2024 09:44

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El Juzgado de Instrucción número 4 de Zamora ha acordado la prisión provisional, comunicada y sin fianza para P.G.R. por el delito de homicidio de Arancha Corcero en la localidad de Roales del Pan el pasado 23 de octubre de 2023, cuando fue atacada mortalmente por cinco perros de pastoreo de su propiedad.

Además, ha ordenado el sacrificio inmediato de los animales, a los se habían trasladado a un centro canino ubicado en Cigales (Valladolid). El juez considera que no hay un informe realizado por expertos que "descarte de forma absoluta" que en el supuesto de volver a quedar en libertad no cometieran un hecho similar, "lo cual acredita la enorme peligrosidad de los mismos", apunta.

El juez ha atendido la petición del abogado de la familia de la joven de 27 años, Miguel Ángel Martín Anero, quien solicitó en una comparecencia la prisión provisional, si bien, "se sugirió al juez que esta podría ser con fianza si así lo consideraba". Por su parte, el Ministerio Fiscal no había solicitado la prisión con o sin fianza, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.

Pero el magistrado ha decidido que, el pastor de La Hiniesta haya sido internado en el centro penitenciario de Topas (Salamanca) desde el pasado 14 de febrero. Así lo ha decidido tras valorar el contenido del atestado, las declaraciones de los diversos testigos, la declaración del propio acusado, la autopsia de la joven y el resto diligencias practicadas desde el inicio de la investigación judicial.

Además, indica que los hechos ocurridos entre Roales del Pan y La Hiniesta suponen un delito de homicidio castigado con penas de más de dos años de prisión, y considera que existen elementos "para creer responsable criminalmente" de estos al pastor. 

En su resolución, que ya ha sido notificada a las partes, el juez señala que la prisión provisional es "necesaria para evitar la fuga del investigado", valorando la gravedad de las penas que lleva aparejado este delito.
También tiene en cuenta los "antecedentes administrativos por dejar en más ocasiones a perros tan peligrosos sueltos sin estar para controlarlos" y desea evitar una reiteración del delito. El juez considera que, de no entrar en la cárcel "nada impide que vuelva a cometer hechos similares pues sigue teniendo la misma profesión".
El juezo recuerda que los canes no tenían seguro, estaban "libres, sin ningún elemento de control como bozales o similares" y atacaron a Arancha en un camino público muy transitado "sin existir ninguna causa o provocación para ello". Todo sin que el pastor estuviera "presente o en los alrededores, a una distancia que le permitiese controlar a sus perros a pesar de la extrema peligrosidad de los mismos".

Cabe recordar que la joven fue agredida mortalmente por los cinco canes, propiedad de P.G.R., sobre las 18 horas mientras paseaba por un camino de concentración parcelaria entre las localidades de Roales del Pan y La Hiniesta. Los animales se encontraban cuidando del ganado, y, como indica el juez y se ha probado durante la investigación, se encontraban sin supervisión de dicho pastor en el momento de los hechos. 

Varios mastines y carea se abalanzaron sobre la joven enfermera cuando esta pasaba a su lado hiriéndola de gravedad en diversas partes de su cuerpo. Arancha se encontraba hablando por teléfono con su madre en ese mismo instante y la propia joven la advirtió de que los animales estaban yendo a por ella. Esto fue lo último que la madre pudo escuchar de su única hija, y acudió en su auxilio, pero no pudieron hacer nada por su vida.