Suya es la arenga más famosa de la izquierda española: "Todos los sacrificios imaginables antes que consentir que triunfen las fuerzas que representan un pasado de opresión, un pasado de tiranía. ¡Todos contra la reacción, todos contra el fascismo, un solo frente, una sola unión, hombro con hombro, unidos todos hasta acabar con el enemigo!". Dolores Ibárruri Gómez, popularmente conocida como la Pasionaria, dedicó su vida a intentar mejorar los derechos sociales, laborales y políticos de quienes menos tenían. Luchaba por todos, pero especialmente por los trabajadores (sobre todo mineros), mujeres y niños.
Luchaba en favor del feminismo, cuando este se centraba en el sufragismo, en algo que ahora es tan cotidiano para todos nosotros como que las mujeres ejerzan el derecho al voto en igualdad. Pero ella quería ir más allá, quería ser diputada e introducir ese primigenio concepto del feminismo en los hogares "cuando dijo que la mujer no debe ser la esclava del esclavo".
Una vida apasionante que su nieta Lola Ruiz Ibárruri, ha presentado esta tarde del 20 de marzo, en la Biblioteca Pública de Zamora, la biografía 'Dolores Ibárruri. El único camino'. La nieta de la Pasionaria ha recordado que uno de los artículos que se citan en este repaso por la vida de su abuela se titula "igual trabajo, igual sueldo". Un artículo escrito en el año 1933, pero que "sigue siendo relevante ahora, en el 2024, porque todavía estamos hablando de que la mujer y el hombre deben obtener un salario igual por una tarea idéntica".
Sobre cómo vería su abuela la situación política y social actual de las mujeres en Castilla y León, con un gobierno en bipartito PP-Vox y algunas de sus medidas más polémicas, Lola Ruiz Ibárruri cree que La Pasionaria se tomaría estas condiciones "como una lucha más" de las muchas que lideró Dolores a lo largo de su militancia política por "los derechos de la sociedad, del trabajador y de la mujer".
Aún así, la nieta de la Pasionaria ha recordado que "el Gobierno actual forma parte de la democracia, ha sido elegido democráticamente y la alternancia del poder forma parte de la democracia".
Una documentación de 100.000 páginas y 10.000 fotografías
La presentación ha sido organizada por la Fundación Jesús Pereda de CCOO Castilla y León, como broche final del ciclo #MdeMarzoMdeMujeres, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
En este contexto, la nieta de Dolores Ibárruri explicó que en 1989 tras la muerte de la Pasionaria, su madre y ella reunieron "un gran archivo que no existía, entre mudanzas, huidas... con todos los documentos y fotocopias que podíamos tener". De esta manera, compusieron un archivo de 100.000 páginas y 10.000 fotos, medianamente organizado, en el que varios historiadores estuvieron interesados, "pero al ver la gran magnitud se echaban para atrás", recuerda.
Pero ahí llegó Mario Amorós, quien trabajó junto a Lola para escribir un estudio muy profundo que se convirtió en 'Biografía de Dolores. No pasarán', que "sorprendentemente tuvo muy buena acogida", especialmente coincidiendo con el centenario del Partido Comunista. A raíz del éxito de ese libro, la editorial propuso reeditar su biografía original de los años 50, ya que Dolores escribió su propia biografía, que también abordaba las luchas sociales, las luchas mineras y el papel del Partido Comunista durante la guerra civil.
En esta edición más reciente que se presentaba ayer en León y hoy en Zamora, se ha reducido al siglo XX, centrándose en la vida de Dolores y añadiendo las memorias de su hija Amaya, quien padeció Alzheimer y cuyos recuerdos "quedaron deshilachados", pero Lola los ha unido. Esta nueva edición busca unir la vida del entorno de Dolores, desde su infancia en los años 20, hasta las luchas y represiones que sufrió su familia, especialmente en el contexto de la vida minera.
Este relato nos sumerge en la realidad de aquellos tiempos, donde los niños crecían "entre la represión y las luchas de su familia", así como en "el difícil" escenario que enfrentaban los mineros, rodeados siempre por las minas que marcaban su existencia. Las imágenes grabadas en la mente de la madre de Lola acompañan la historia de Dolores, especialmente tras su matrimonio con Julián, minero y concejal socialista. A través de él, Dolores comienza a familiarizarse con las ideas de Marx y a tomar conciencia de la difícil situación que enfrentan su familia, sus amigos y los pueblos de la región norteña.
Su nieta destaca la capacidad de Dolores para sobreponerse "a la pobreza extrema" en la que vivió al casarse con su esposo Julián. Su vida política comenzó como periodista amateur en un periódico local, el Minero Vizcaíno, mientras criaba a seis hijos y "trabajaba incansablemente" para mantener a su familia.
Su nieta recuerda que Dolores "era tremendamente capaz" y anhelaba ser maestra, pero nunca pudo hacerlo por la miseria que vivía ella su familia. Sin embargo, la fortuna tocó a su madre en la lotería de Bilbao en 1907, lo que le dio a Dolores la esperanza de poder estudiar y ayudar a sus hermanas a hacer lo mismo. Sin embargo, la familia se opuso a esta idea, y como resultado, Dolores optó por casarse con Julián.
Fue a través de su esposo y su propio deseo de aprender que comenzó a escribir, en el periódico local 'Minero Vizcaíno' en 1918. La familia, temerosa de que revelara "la hipocresía y el sufrimiento de la época", le pidió que usara un seudónimo para evitar problemas, lo que llevó a adoptar el nombre 'Pasionaria'. Un nombre que proviene curiosamente de que en aquella época era la Semana de Pasión, y de ahí tomó el nombre. Así firmó todos artículos hasta 1939, y una vez ya en el exilio decidió utilizar su nombre real.
La vida política de Dolores se inicia, por tanto, como "periodista amateur" en este periódico local, mientras criaba a sus seis hijos y trabajaba tanto en su hogar como cosiendo por las noches para una tienda. Su esposo, Julián, un minero rebelde, a menudo terminaba en el calabozo por participar en protestas.
En estos momentos difíciles, Dolores "se encontraba sola", habiendo perdido cuatro de sus hijos, y con el único apoyo de sus vecinas, "compartiendo lo poco que tenían". Su nieta recuerda, además, que sus hijos se convirtieron en parias porque no se les permitía acudir al colegio "porque era eclesiástico" y a la tuberculosis, común entre los niños mineros, y esto la llevó a involucrarse en el activismo político.
En 1930, se le ofrece dirigir el periódico Mundo Obrero, "por esa voz que ella tenía, sus arrestos, era muy valiente y fuerte". Así, Dolores se traslada a Madrid con sus dos hijos restantes, Amaya y Rubén, dejando atrás a Julián, quien no "quiere ni puede" vivir fuera de Somorrostro. En Mundo Obrero, escribe numerosos artículos sobre la igualdad laboral de la mujer, coincidiendo con el inicio del sufragismo en España. Aunque la Segunda República abre el parlamento a las mujeres, estas no pueden votar. Sin embargo, Dolores continúa su lucha, presentándose como candidata en varias ocasiones por León, Astorga y Bilbao, hasta que finalmente es elegida diputada en 1936 por esta última.
Así la Pasionaria convierte en "una líder política", especialmente durante su participación en la lucha contra el fascismo. Organiza asociaciones de mujeres antifascistas y desempeña un papel crucial en las huelgas de Asturias en 1936. Sin embargo, estas acciones la llevan a la cárcel.
Una vez liberada, "con una gran sensibilidad que ella tenía" advierte sobre la creciente tensión política en España y la posible guerra, señalando el interés de potencias como Alemania, Italia e Inglaterra en el conflicto español. Su asociación es fundamental para la reorganización de la vida en el territorio republicano durante la guerra civil, incluyendo la creación de refugios, escuelas y hospitales.
Tras la derrota republicana, comienza el largo exilio de Dolores, primero en Tánger y luego en París. Durante este tiempo, su hijo Rubén, de 17 años, es internado en campos de concentración en Francia, mientras que Julián participa en la Batalla del Ebro, teniendo el mismo destino. Dolores intenta reorganizar el gobierno republicano, pero se ve impedida por la enfermedad de José Díaz, secretario del PCE durante una década, quien le pide que lo acompañe a Rusia debido a su cáncer. A pesar de sus esfuerzos, Dolores se encuentra atrapada en el exilio.
Una vida en la que no cesó ni un instante de luchar por los demás. Su nieta recuerda que "vivió casi un siglo, por lo que le dio tiempo para ser testigo y también partícipe de grandes acontecimientos en la historia de España y de Europa". Por lo que para conocer este apasionante siglo de vida de la Pasionaria y su interesantísima historia habrá que hacerse con un ejemplar de 'Dolores Ibárruri. El único camino'.