En Zamora, al llegar la Semana Santa, el aire se impregna de un aroma embriagador de azúcar tostado y almendras. Este inconfundible perfume envuelve cada rincón, anunciando la llegada de su Pasión. Entre todas las delicias que se ofrecen durante esta época, las almendras garrapiñadas destacan como la golosina más popular. Estos dulces y nutritivos bocados son verdaderos pedazos de cielo cuyo sabor evoca de manera especial la fría Madrugada de Viernes Santo en Zamora.
Y es que precisamente, son los cofrades de fila de la Cofradía de Jesús Nazareno quienes reparten a su paso las almendras garrapiñadas, endulzando este momento clave de la Semana Santa zamorana. Esta tradición también se ha extendido tímidamente a otras cofradías, especialmente entre los niños, quienes reparten con cariño este manjar estrella de la Pasión de Zamora.
Su elaboración es sencilla, pero requiere la inestimable habilidad del artesano, para recubrir, en una cacerola de cobre, las almendras del azúcar caramelizado en su cantidad justa, suficiente pero no excesiva, y evitando que se peguen entre sí estas pequeñas perlas de color tostado y brillante. Y listo. Ya están aquí para todos.
Disfruten de ellas estos días de Pasión, porque pueden adquirirlas en panaderías y obradores, quioscos y en los puestos a pie de calle que las elaboran en directo para deleite del olfato y el paladar de quienes pasan a su lado estos días.