El año que viene hará 40 años que María Oliva decidió dar un paso adelante y abrir una de las tiendas de tejidos más famosas de Zamora. Lo hizo en la popular calle comercial de El Riego, primero en un local y, unos años más tarde, se trasladó al de al lado, donde aún reside en la vivienda de la parte superior con 71 años. Ella había tenido una academia de corte-confección y su idea fue ofrecer un espacio donde las estudiantes pudieran comprar telas especializadas con las que confeccionar.
Casi al mismo tiempo otra amante de la costura se ponía tijeras en mano. Esta es Fausta Di Nardo, quien desde hace seis años dirige la histórica tienda de María Oliva. Italiana de nacimiento, que posteriormente se mudó a Suiza, donde desarrolló su carrera de corte y confección en la mejor escuela del país.
"Desde que empecé a caminar, ya amaba la costura. Mi madre tenía una máquina Singer antigua, y yo, con cuatro años, tomaba cada retal que encontraba por casa y me metía en la máquina de coser, que no llegaba ni al pedal y me ponía de pie", explica. Fausta recuerda que su madre la reñía habitualmente, preocupada porque se pudiera hacer daño con la aguja y amenazaba con quitársela, a lo que la pequeña le respondía que "es que sin aguja no cose".
Con una vocación tan clara, no es de extrañar que Fausta comenzara su formación profesional con apenas 14 años, ya en Suiza. Lo hizo en la prestigiosa Scuola Arti e Mestieri de Bellinzona, donde recuerda que pudo hacer su parte práctica, el 90% en la formación suiza, en "la mejor empresa de decoración de interiorismo" de todo el país. Sus clientes eran "supericos y no escatimaban en dinero ni en ideas". Algo que, reconoce, le hizo aprender "muchísimo".
Con esta exquisita formación, Fausta se pasó los siguientes años trabajando en importantes empresas textiles y, por el camino, un zamorano se cruzó en su camino. Algo que lo cambió todo. "Nos conocimos en una cena en casa de unos amigos portugueses, nos enamoramos y nos casamos", explica. Así tuvieron su primera hija y su marido deseaba que la pequeña "tuviera cerca abuelos, tíos y primos", así que había dos opciones: mudarse a Italia o hacerlo a Zamora.
Y sorprendentemente, el expresidente del Gobierno, José María Aznar, tuvo bastante que ver en esa decisión. Resulta que por la época de los 2000, Fausta no dejaba de ver en la televisión "a un hombre con bigote y traje, que le decía a los españoles en el extranjero que volvieran al país, que había mucho trabajo". Así que en enero de 2001, la familia hizo las maletas y llegó a Zamora.
Fausta confiesa que ya se había enamorado previamente de Zamora unos años atrás, en 1998 cuando bautizó a su primera hija. "Vi algo diferente. Es una ciudad preciosa, me apabulló su belleza, la tranquilidad, el sosiego, poder ir por la calle a cualquier hora... Mi hermano siempre dice que 'es una ciudad a la medida del hombre' y tiene razón", detalla.
Llegada a María Oliva
Durante los siguientes años, Fausta se dedicó a criar a sus dos hijas, mientras hacía pequeños trabajos para familiares y amigos. Y así es como conoció a María Oliva. Tiempo después, la costurera zamorana le ofreció cubrir una sustitución de vacaciones de verano, conocedora del buen hacer de Fausta, y lo que iba a ser una sustitución se convirtió en acabar quedándose con la histórica tienda. "A los dos años y medio de estar trabajando para ella, decidió jubilarse y me ofreció el traspaso", resalta Fausta.
Y aquí sigue Fausta, seis años después y con una pandemia de por medio. La empresaria recuerda aquella época del COVID como muy convulsa y con muchísimo trabajo. Como muchos en aquella época, la solidaridad y las ganas de ayudar, sobre todo a los sanitarios, afloraron rápidamente en ella. Ayudó a confeccionar batas y mascarillas para los hospitales de toda Castilla y León, en aquel delicado momento, donde la sanidad pública no contaba ni con materiales de protección ante el virus.
También dedicó muchísimo tiempo a traer a Zamora telas para que los vecinos pudieran elaborar sus propias mascarillas. Algo que se volvió casi masivo, ante el miedo al contagio. "Con la pandemia, todo el mundo desempolvó la máquina de coser que había comprado en el Lidl y no sabía ni para qué", recuerda.
Telas para todo
Tejidos María Oliva ofrece todo tipo de telas y materiales que se pueda imaginar. Es todo un paraíso para los amantes de la costura, que intenta adaptarse a las necesidades de cada cliente. Los más habituales son estudiantes de corte y confección, costureras, pero también abundan los 'cosplayers', que además tienen un 20% de descuento en su tienda.
Sobre estos amantes de la recreación de personajes manga y de ficción o creadores de vestuario para teatro, Fausta explica que intentan adaptarse a sus peticiones especiales. La creación de este tipo de trajes, que salen de la fantasía, "requiere telas de muy alta calidad, que a veces tenemos que pasar por procesos". Las trabajadoras de Tejidos María Oliva se encargan de asesorarlos y darles el mejor servicio posible, para que su resultado sea el más óptimo.
Por supuesto, también ofrecen telas para hacer ropa, decoración, elementos de seguridad y, como no, para Semana Santa y trajes regionales. Son un punto de encuentro habitual para aquellos que se encargan de elaborar las magníficas piezas que son las túnicas de las cofradías zamoranas y los trajes tradicionales de la provincia.
Una de las cosas que más le gusta a Fausta es esa parte de asesoramiento del cliente. "Cuando me piden algo siempre les pregunto que para qué lo quieren, que qué idea tienen", explica. Todo para poder aconsejarlas lo mejor posible con su gran experiencia adquirida a lo largo de los años. Esta empresaria se alegra de que la gente se anime a crear su propia ropa o decoraciones y cree que "la imaginación no tiene límites". De hecho, explica, que "yo me he hecho abrigos con telas de cortina y cortinas con telas para vestido, y han quedado preciosos".
Pero no acaba aquí la cosa. Fausta también repara máquinas de coser y en su tienda se venden todo tipo de recambios y accesorios de costura. Es más, la empresaria explica que "rara es la semana al año que no tengo alguna pendiente". En su formación en Suiza aprendió a reparar todo tipo de máquinas, era parte de su formación "mantener limpio el taller y las máquinas a punto", así que es toda una experta.
Lorenzo Caprile, enamorado de su tienda
En julio de 2021, Lorenzo Caprile fue el padrino de la primera edición del Festival Multimedia de Indumentaria Tradicional de Zamora. El diseñador quedó absolutamente enamorado de los trajes tradicionales de la provincia y, como no, de la ciudad en general.
Y uno de los lugares que hicieron que Caprile se quedara prendado de la bella Zamora fue precisamente Tejidos María Oliva y, por supuesto, la propia Fausta. Aquel inicio de verano, la empresaria recuerda que tenía la tienda "llena de gente y entró con él un batallón de acompañantes". Muchos eran amigos y conocidos de Fausta y ella, muy responsable porque aún estábamos saliendo de la pandemia, les llamó la atención por no desinfectarse al entrar.
El famoso diseñador 'se perdió' entre los materiales de la tienda y no fue hasta que escuchó "mamma mia, ma che bella stoffe che hai" (madre mía, que lindas telas tienes) que no se percató de la presencia de Caprile. Ambos son de origen italiano, así que Fausta le respondió "ma chi sei?" (¿quién eres?). Y allí que asomó el diseñador con un divertido "sono io" (soy yo).
En ese momento, se fundieron en un abrazo, y compró varias telas, encantado con el género que se ofrece en esta joya zamorana del textil. Desde entonces, Lorenzo y Fausta están en contacto y guardan una estrecha relación de cariño y amistad.
Ama tu zona
Fausta también es consciente de que la presencia en las redes sociales es muy importante. La tienda tiene su propia web, aún en actualización, así como Facebook e Instagram. Si bien explica que no ha visto un aumento de clientes llegados de las redes. "El 90% son de Zamora, Salamanca y Valladolid", explica. Pero sí le gusta tenerlas para colaborar con otros comercios o con todo tipo de organizaciones.
Y es que ella fue protagonista hace unos meses por haber regalado 600 metros de tela de la bandera de Zamora a los agricultores que protestaban en aquellos días. Fausta recibió una entrañable sorpresa en su tienda por parte de los manifestantes, que la obsequiaron con una cesta de productos por su desinteresado gesto. Además, recientemente, también ha donado otra gran bandera de la Seña Bermeja a los hinchas del Zamora CF para que la desplegaran en el estadio Ruta de la Plata, durante el encuentro con el UD Sanse.
De hecho, una de las cosas "más bonitas" que cree que tiene el comercio zamorano es la buena camaradería entre negocios. Algo en lo que ella misma participa desde su llegada a la ciudad. "Siempre que yo no tenga algo y sepa que otra tienda lo puede tener voy a mandar allí a los clientes", explica. Fausta asegura que el resto de comercios de la ciudad "no son competencia, sino compañeros de trabajo, porque todos hacemos lo mismo y prefiero que el dinero se quede en Zamora y no por ahí".
Y sobre esto, ella misma ha decidido llevar un eslogan por bandera: "menos Amazon y más ama tu zona". La empresaria explica que muchos clientes "acuden a la tienda con el teléfono de la mano, preguntando por lo que ven en estas páginas, con telas, vestidos, sin conocer la calidad o cómo será y preguntando si lo tenemos por el mismo precio".
A lo que Fausta siempre les hace entender que "mi plataforma es de carne y hueso, y el servicio que yo doy no es solo la tela, sino la ayuda, el asesoramiento y poder ver la calidad del producto". Desea que la gente tome conciencia de que "hay que mirar para el comercio local, porque luego nos lamentamos de todas las tiendas que están cerrando".
Todo un terremoto de mujer, que ama Zamora desde la primera vez que pisó la ciudad y que quiere seguir luchando por mantener esta histórica tienda abierta muchos años más.