Desde 1978 hasta 1999 los niños de Zamora tenían un curioso elemento favorito para sus juegos. No era un tobogán, ni unos columpios, sino una locomotora de 1878. Los llamados 'millenials' zamoranos compartieron su infancia con esta máquina, pero muy pocos saben que tiene una curiosa historial relacionada con la mismísima realeza española.

La locomotora pertenece a una serie de 14 unidades construidas por la empresa francesa Fives Lille en 1878. De esta serie, solo tres locomotoras han logrado sobrevivir hasta nuestros días: una se encuentra en Alcázar de San Juan, identificada como la 0-3-0 2216; otra fue localizada en un chatarrero en Zaragoza, y la tercera es la que se conserva en Zamora.

Su número de fábrica es el 2237 y fue originalmente encargada por la Compañía del Ferrocarril de Ciudad Real a Badajoz, según indican desde la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Zamora. Tras la absorción de esta compañía, la locomotora pasó a formar parte de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante (M.Z.A.).

Posteriormente, con la constitución de la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE) en 1941, fue renumerada y comenzó a operar bajo la matrícula 030-2214. Durante su tiempo en RENFE, estuvo asignada a depósitos en Monforte de Lemos, Ciudad Real y Zaragoza-Sepulcro, y finalmente terminó su servicio en Zamora.

En sus últimos años de operación, la locomotora fue sometida a una reparación general en los Talleres de Tracción de Zamora antes de ser transferida a la Azucarera de Toro. Allí, Renfe la ofreció para maniobras, pero los responsables de la azucarera la rechazaron, ya que "no era apta en absoluto para el movimiento de tolvas de gran tonelaje debido a su bajo peso y escasa adherencia", según recuerda la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Zamora. Tras este rechazo, la locomotora realizó sus últimos trabajos en la estación de Zamora, apoyando en maniobras al tractor diésel.

Durante su larga vida en servicio, la locomotora recorrió la friolera de 2.926.693 kilómetros. Y además, tuvo el honor de transportar el tren real en el que viajaba Alfonso XIII de Zaragoza a Barcelona entre 1900 y 1905.

Traslado a La Marina

Gracias a la iniciativa de un grupo de ferroviarios, el Ayuntamiento de Zamora solicitó a Renfe la preservación de esta histórica locomotora. En abril de 1978, coincidiendo con su centenario, la locomotora fue trasladada desde la estación, donde había estado apartada en una vía secundaria, al parque de la Marina.

El traslado generó gran expectación en la ciudad, y en un gesto simbólico, algunos ferroviarios quemaron papeles de periódico en la caldera para simular su funcionamiento ante el público que asistió a su histórico traslado. Este fue el último momento en que la locomotora echó humo por su chimenea.

La locomotora permaneció en el Parque de la Marina durante 21 años, donde los niños de Zamora lo convirtieron en su propio parque infantil. Pero no fueron los únicos en 'utilizarla'. Y es que durante este tiempo fue víctima de multitud actos vandálicos, provocando graves deterioros a su estructura. "Ofrecía un aspecto lamentable, llena de pintadas y despojada de muchos de sus elementos vitales", indican desde la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Zamora.

Así que, finalmente, el 1 de febrero de 1999, fue retirada del parque y trasladada frente a la estación de ferrocarril, donde permanece desde hace ya un cuarto de siglo. Fue en esa misma época cuando se realizó un trabajo de restauración y se colocó un vallado para protegerla. Y a pesar de que la protección es efectiva, desde la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Zamora lamentan que "el tupido vallado impide su correcta visión".

Precisamente, esta historia ha sido recordada por 'El Pozcas', de Manuel Garrote, Bea Barrio y Javier García, en su último programa.