La Fundación Franz Weber ha criticado el uso de varios alumnos de un centro educativo de Litherland, una localidad cercana a Liverpool (Reino Unido), con el fin de blanquear la violencia ejercida sobre animales en prácticas como el toro enmaromado de Benavente. 

Los naturalistas han realizado un escrito a la Embajada de Reino Unido en Madrid, para informar sobre este tipo de actividades "camufladas como educativas" cuyo fin busca "banalizar y trivializar" actividades que en el país están proscritas. 

Desde la fundación han señalado que la historia legislativa de Reino Unido sobre la protección de los animales es "amplia y detallada". En el año 1835 se prohibió una convocatoria llamada "bull-baiting", esta consistía "en el hostigamiento a toros con perros, osos u otros animales" que tenía cierto apoyo social, también en su forma de "encierro" soltando animales en algunas localidades.

Por ello, han pedido a la representación diplomática en España un mayor control sobre este tipo de actividades o propuestas que van dirigidas a menores de edad, y han recordado que Reino Unido revalidó la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño en 1992.

Desde FFW han expuesto que aunque podría parecer una exposición aséptica, esta va acompañada de comentarios con los que intentan hacer entender a los menores presentes que estas "tradiciones son aceptables, a pesar del sufrimiento y violencia a la que son sometidos los animales".

El año pasado el Comité de los Derechos del Niño publicó el Comentario General nº26 sobre derecho a disfrutar de un medio ambiente sano. En este documento dirigido a todos los Estados firmantes se solicita específicamente alejar a los menores de edad de la violencia, incluida la ejercida sobre animales.

Por eso, los naturalistas han afirmado que la actividad a la que asistieron escolares británicos va en la línea contraria, ya que "ofrece una práctica donde existe maltrato a los alumnos que pertenecen a un país que vetó estas convocatorias hace siglos".