España está repleta de pequeñas aldeas que, en muchos casos, son desconocidas para la mayoría. Es un país con una infinidad de atractivos, ideal para vivir las mejores experiencias y disfrutar de aventuras de todo tipo. No obstante, si hay un territorio que se distingue especialmente en este aspecto, es Castilla y León. Esta Comunidad alberga miles de pueblos donde es posible descubrir tesoros verdaderamente únicos e inesperados.

Y si afinamos un poco más, Zamora es la provincia ideal para ello. Se trata de uno de los territorios que más sufre la despoblación y, aún así, hay pequeñas aldeas y localidades donde sus vecinos resisten como verdaderos guardianes del territorio. Porque sin ellos, lugares tan maravillosos como estos caerían en el olvido, perdiendo grandísimos tesoros históricos. 

Un ejemplo perfecto de esto es Linarejos. Una pequeñísima localidad, ubicada en el corazón de la Sierra de la Culebra, en la que apenas residen 10 habitantes, pero esconde en su entorno una riqueza cultural y natural que la convierte en un lugar de singular importancia para la historia del arte prehistórico.

Linarejos, con la Sierra de la Culebra de fondo Jcyl

Cabe recordar que esta pequeña aldea se encuentra en una importante reserva regional de caza desde 1973. Un territorio que alberga una de las mayores poblaciones de lobos en Europa Occidental, así como otras especies como el jabalí y el ciervo, cuyos ejemplares pueden ser observados en su hábitat natural.

Un espectáculo casi único que puede verse en Zamora. Y es que durante los meses de septiembre a octubre los amantes del turismo natural acuden a pueblos como Linarejos para disfrutar del espectáculo de la berrea, protagonizada por los ciervos de la zona. 

Durante este periodo que puede durar de 20 a 26 días, los machos se vuelven muy territoriales y celosos de sus hembras, por lo que puede resultar peligroso un acercamiento a los mismos y con posibles ataques a personas, nuestro mayor consejo es mantener distancias y disfrutar del espectáculo de poder escucharlos y sentir su presencia, unos sonidos y actividades de los mismos que se presentan desde el atardecer, pasando por toda la noche y parte de la mañana, son en esos intervalos cuando se les puede escuchar.

Ciervo durante la berrea en la Sierra de la Culebra Jcyl

El tesoro oculto de la Covacha de Portillón

Pero, sin duda, uno de los mayores atractivos de Linarejos es la presencia de muestras de arte esquemático prehistórico, únicas en la provincia de Zamora. Se encuentran en la Covacha de Portillón. Un pequeño refugio cuarcítico que guarda en su interior una serie de pinturas rupestres de gran valor arqueológico.

Esta cueva fue descubierta en 1977 por el investigador Grande del Brío y se sitúa cerca del Pico de Peña Mira, el punto más alto de la Sierra de la Culebra.

Covacha del Portillón Jcyl

Dentro de la Covacha de Portillón, se pueden observar diversos motivos esquemáticos pintados en colores rojizos y anaranjados. Estas pinturas incluyen figuras antropomorfas, formas de ancla, cruces, barras y bastones, entre otros. Aunque es difícil datar con precisión estas representaciones, se cree que pertenecen al Calcolítico o la Edad del Bronce.

Covacha del Portillón Jcyl

Parece que la Covacha pudo ser ser utilizada para plasmar algún motivo esquemático, o que era un refugio temporal por los artistas que realizaron las pinturas del Canchal de Melendro.

Sin embargo, el estado de conservación de estas pinturas está bastante deteriorado debido a las numerosas hogueras que se han encendido en su interior, dejando una capa de ceniza que cubre casi todas las paredes.

La relación con el Canchal de Melendro

La Covacha de Portillón no es el único sitio de interés en Linarejos. En la parte opuesta del valle, se encuentra el Canchal de Melendro, otro espacio con representaciones esquemáticas que complementa el conjunto de arte prehistórico de la zona.

Las pinturas del Abrigo de Melendro, situado al sur del paso del Portillón y cerca del arroyo del mismo nombre, están orientadas hacia el oeste y muestran una serie de cuatro grupos de barras realizadas en colores rojizos. Estas barras, junto a una figura antropomorfa aislada, sugieren una conexión cultural entre ambos yacimientos, ya que desde el Abrigo de Melendro, se puede ver la Covacha de Portillón, lo que indica una posible relación entre estos dos puntos de arte rupestre. Las representaciones en Melendro incluyen figuras que podrían haber sido utilizadas como símbolos o marcas territoriales por los antiguos habitantes de la zona.

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