El Ayuntamiento de Zamora ha adjudicado de manera definitiva la remodelación y modernización del Mercado de Abastos por una inversión de algo más de 4,8 millones de euros a la UTE formada por Ingeniería Románica y Frisaqués.

El plazo para realizar la reforma es de 18 meses, a partir de la firma del acta de replanteo. El proyecto pasará el dictamen de la Comisión de Economía y el pleno del Ayuntamiento de este mes de julio.

A pesar de que el presupuesto final supone un ahorro de un millón de euros para el Consistorio, debido a la baja temeraria que presentó la empresa adjudicataria, la reforma del Mercado de Abastos es el contrato de mayor cuantía económica bajo el mandato de Francisco Guarido. Esta inversión contempla 24 puestos comerciales en la planta superior, y 11 en la parte baja, donde estarán situadas las instalaciones complementarias y espacios de almacenamiento y servicios del edificio: Además, contará con un bar en su interior. 

Una de las principales novedades que tendrán las instalaciones, se dotarán de un altillo en la planta superior, con espacio para organizar presentaciones, cursos, eventos, y otras actividades complementarias que ayuden a impulsar el comercio local.

Aunque el contrato se había licitado por un montante de casi seis millones de euros, la Unión Temporal de Empresas, que conforman la empresa zamorana Ingeniería Románica y la industria de frío lucense Frisaqués, presentó una oferta económica de 4,8 millones, una baja temeraria que la Mesa de Contratación aceptó al entender que está "suficientemente justificada". Esta empresa también fue la encargada de la instalación de la carpa de La Marina, donde se ha reubicado a los industriales hasta que finalicen las obras. 

Tras el traslado de los industriales al mercado provisional de La Marina, el Consistorio afronta ahora uno de los proyectos de mayor relevancia para Zamora, no solo por el presupuesto, sino también como elemento dinamizador del Casco Histórico de la ciudad. Se pretende hacer un "lavado de cara", pero conservando el modelo funcional que le ha caracterizado en sus 120 años de historia como comercio tradicional de productos frescos.

Además, con esta remodelación se quiere potenciar el atractivo cultural y turístico de los edificios que albergan mercados tradicionales, a través de una reforma integral, que afecta al entorno urbano, con cambios para el tráfico rodado y peatonal.

Finalmente, la obra en el inmueble contiene intervenciones en el entorno, con el fin de incorporar la actividad comercial de los negocios en locales cercanos, un planteamiento que persigue transformar la calle que rodea este espacio en "pasillos descubiertos".