El Ayuntamiento de Zamora ha iniciado el derribo de la conocida vivienda ubicado en la calle Postigo, número 1, pegada a la muralla de la capital. El objetivo principal de esta intervención es incorporar ese espacio al sistema viario, permitiendo la apertura de un paso peatonal por el interior de la muralla entre el Portillo de la Lealtad y la extensión de la calle de San Isidoro.
La vivienda, situada junto a la muralla, ha sido un punto de controversia durante los últimos 25 años, debido a su ubicación y el impacto visual que generaba en el entorno, según ha explicado el alcalde de Zamora, Francisco Guarido. "Merece la pena porque ha sido una obligación durante 25 años", afirmaba, recordando que la intervención estaba contemplada en el plan de urbanismo del año 2000 y en el plan especial del casco antiguo.
Este plan urbanístico tenía como objetivo liberar el espacio junto a la iglesia de San Isidoro y mejorar el acceso a través del callejón que ha estado bloqueado por la edificación.
El proceso de derribo fue licitado por 90.000 euros, aunque finalmente ha sido adjudicado por 73.000 euros. Junto con la expropiación, que tiene un coste de 87.000 euros, la inversión total para la ciudad asciende a 160.000 euros. Guarido ha indicado que "para la ciudad merece muchísimo la pena" esta inversión.
La vivienda, que según el catastro data de 1.900, presentaba una compleja situación legal y técnica debido a la necesidad de expropiar tres propiedades diferentes, lo cual ha retrasado el proceso para su derribo. "Hacer las expropiaciones no es una cuestión de dinero, sino que es una cuestión de la complejidad", explicaba el alcalde, destacando la dificultad de poner de acuerdo a todos los propietarios involucrados.
El derribo comenzó hace varios meses con trabajos en el interior de la vivienda, y hasta ahora se ha centrado inicialmente en la retirada de materiales como cableado y hierro. Pero la demolición de la estructura principal, que ocupa 230 metros cuadrados, ha comenzado este jueves 8 de agosto. Tras el derribo, Guarido ha explicado quedará un espacio abierto de 6,25 metros de ancho y 8,80 metros de profundidad, creando así un nuevo paso peatonal.
La zona donde se encuentra la vivienda es especialmente sensible desde el punto de vista patrimonial, al estar pegada a la muralla de Zamora, ha recordado el alcalde, pero cuenta con "el visto bueno" de Patrimonio. Además, Guarido ha recalcado la complejidad del derribo se incrementó por la necesidad de preservar la muralla.
El alcalde también ha querido recalcar la polémica que en su día generó la construcción de estas viviendas en 2005, mencionando que "no era la mejor idea hacer esta construcción dejando encajonada la muralla en la parte de atrás". El espacio resultante fue un callejón sin salida que durante años ha sido un lugar "problemático" debido al vandalismo y las pintadas, "al estar oculto", apuntaba el alcalde. Una situación que se espera resolver con la apertura del nuevo paso peatonal.
Finalmente, Guarido adelantó que el Ayuntamiento de Zamora tiene previstos otros derribos en la ciudad, como los de las viviendas en la avenida de La Feria y en la costanilla del Mercadillo, así como la redacción de proyectos para nuevas intervenciones urbanísticas que continuarán la transformación del casco antiguo de Zamora.