Zamora destaca por su gastronomía. En cada rincón de la provincia encontramos algunos de los alimentos más exquisitos y reconocidos de nuestro país. Cada municipio protege la tradición de la cocina castellana, destacando los productos de la tierra.
La provincia cuanta con distintas localidades que resaltan por la calidad de sus productos y la delicadeza con los que lo tratan. Cada municipio de la provincia podría ser una pequeña villa gastronómica de la provincia, el mejor pueblo donde comer.
Por ello, el pueblo donde mejor se come se esconde al noreste de la provincia, en el límite entre Valladolid y León, a tan solo 65 kilómetros de la capital zamorana. Estamos hablando del municipio de Castroverde de Campos.
Un pueblo con apenas 300 habitantes, ubicado en plena España Vaciada, que acoge entre sus calles uno de los restaurantes más conocidos de la provincia, al que han acudido chefs conocidos de nuestro país.
Este restaurante cuenta con el reconocimiento del mundo gastronomico con dos soletes Repsol, una estrella Michelin y una estrella verde Michelin. Estamos hablando del restaurante Lera.
La conocida revista National Geographic considera que Castroverde es uno de los mejores pueblos de España para disfrutar de la gastronomía.
Un pequeño pueblo rodeado de amplias llanuras con campos de cereal, donde destaca el bonito y tranquilo restaurante, que desde 1973 están dedicados a redescubrir la cocina tradicional castellana con un estilo muy personal, proporcionando un toque moderno, que convierte sus elaboraciones en alta gastronomía.
El reconocimiento a su trabajo, con la estrella Michelin, se aprecia en la apuesta que hacen por mantener la herencia culinaria, y la forma en la que enriquecen sus platos a través de nuevas técnicas de la alta cocina.
Su plato principal lo dedica al pichón, convirtiendo al lugar en la meca de la caza menor. Un delicioso producto avícola que es el centro de su carta gastronómica, complaciendo a los paladares más exigentes.
A pesar de dedicar su plato principal a este rico producto, la carta está formada por platos clásicos que se pueden disfrutar durante todo el año. Además, cuenta con platos de inspiración o de temporada, donde destacan las setas o las verduras de temporada.
Este restaurante realiza un estilo de cocina unida al territorio y la tradición, con la que buscan conservar la naturalidad de lo auténtico. Además, para ellos, el comensal es el protagonista de una sala donde sugiere qué comer y qué beber, en un ambiente tranquilo, distendido y cercano.
Bajo el restaurante, se encuentra escondida la bodega, un espacio para la conservación y elección de los vinos, muchos de ellos, denominaciones de origen, con especial atención en los vinos de la tierra.
Un restaurante que cuenta con diversas opciones para degustar los mejores productos de la tierra, con un precio mínimo de 50 euros por persona. Además, ofrecen menú degustación por un precio de entre 110 y 168 euros.
Gracias a este restaurante, este pequeño pueblo de tierra de campos, reciben un alto número de visitantes que disfrutan de la exquisita gastronomía de la zona, y de los amplios campos de cereales que rodean este municipio.