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Los vecinos de Roales del Pan volvían a sumergirse en un completo silencio, un año después del fallecimiento de la joven Arancha Corcero, tras ser atacada por una jauría de perros mientras paseaba por un camino de la localidad.

Un silencio de abrigo, de acompañamiento, de respeto y de empatía con la familia de la joven, cuya perdida sobrecogió, no solo a la provincia, sino a todo el país. 

El acto en recuerdo de Arancha, tuvo lugar en la Plaza Mayor de la localidad, cuando se cumplía un año de aquel fatídico 23 de octubre. Allí los vecinos acudieron cargados de velas para iluminar el cielo, y homenajear el legado que la joven ha dejado en la localidad.

Un acto al que los vecinos con el corazón encogido, acompañaron a la familia de la joven, en un silencio estremecedor, interrumpido por el alcalde, David García, que desde su retiro obligatorio, grabo un notorio discurso, en el que, a momentos se le quebraba la voz al recordar a Arancha. 

El regidor destacó en sus palabras el legado que la joven ha dejado entre los vecinos del pueblo, que "consiguió unirnos en el dolor y empatía a su familia". Así como señaló como "había elegido su camino cuidando a los demás". Un recorrido hasta llegar allí que hizo con "esfuerzo y disciplina". 

David García manifestó su orgullo por los vecinos que entre todos han arropado a la familia en estos duros momentos. Una familia de la que resaltó "su humildad", durante este año tan complicado. 

En momentos, con la voz rota, David invitó a los allí presentes a que miraran a su alrededor, "esos son los vecinos que pueden ser los primeros en ayudaros". 

Los vecinos de Roales del Pan colocan velas para rendir homenaje a Arancha Cedida

El alcalde subrayó que "no importa lo que vamos a conseguir, sino en quien nos vamos a convertir, que es el legado que dejaremos a nuestra familia". Una frase que indica el importante legado que Arancha ha dejado, no solo a su familia, sino a todo su pueblo. 

Un legado que ha generado "un sentimientos de pertenencia que nos dará la fuerza para afrontar los desafíos del mañana", finalizó.

El acto se celebró en un absoluto silencio, con los vecinos cabizbajos al recordar aquellos duros momentos. El único sonido que se podía escuchar era el de las velas y el fuego que iluminó la plaza de la localidad. 

Durante el acto, tras las palabras del alcalde, sino la música del aria Ave María de Vladímir Vavilov. El acto finalizó con los aplausos de los asistentes que acudieron en señal de recuerdo de Arancha.