Los museos, ese gran interrogante que esconde en todos sus rincones una historia de algún tiempo pasado. Hay infinidad de museos, de ciencias, de naturales, históricos…
Algunos coleccionan sellos, piedras, juguetes, pero en este caso en concreto, se guarda bajo un frasco.
En la provincia de Zamora, concretamente en Pobladura del Valle, se encuentra la mayor colección de botellas de whisky de Europa, un verdadero museo que se está dentro de un bar. Luis Vara el dueño del bar Vafer, comenzó esta colección hace más de 30 años.
Y fue algo que empezó "por casualidad", fue un detalle de unos conocidos que le regalaron 4 botellas de whisky, "un poco fuera de lo normal", y le gusto. Aunque detalla, que si hubiera sido otra cosa "igual también hubiera hecho una colección".
A pesar de que todos asociamos las botellas de whisky, a las marcas de toda la vida, Luis colecciona ediciones especiales, así como distintas botellas que encuentra en sus viajes. Todas las conserva en grandes vitrinas, "como si fueran trofeos".
En total, cuenta con 3.850 botellas distintas de whisky, además, en esta época, es el momento en el que más aumenta su colección, ya que cada año, las distintas marcas de este producto, sacan ediciones especiales de cara a las fechas navideñas.
Una cifra que solo sube, nunca ha abierto una de sus botellas, y por ello, espera llegar a las 4.000 botellas a principios de 2025. Un número que, tal y como expresa "los expertos no conocen una edición mayor que la mía", ya que ha superado la que está en Edimburgo con 3.300 botellas.
Luis asegura que mucha gente acude al bar por curiosidad, porque "no es algo habitual ver tantas botellas de whisky juntas", las marcas se repiten, pero cada botella es única.
Además, una vez al año, realizan en el bar catas de distintos whiskys que acompañan cada uno, con un aperitivo diferente. Están divididas en dos sesiones de 50 personas cada una, y cuesta 25 euros por cabeza. "Y todavía hay gente que se queda fuera" destaca.
Lleva 11 años haciendo las catas, y cada año, "las bebidas son diferentes, de momento, ningún año he repetido".
Luis también cuenta orgulloso, que son muchas personas las que acuden al bar a ver la colección, y aunque él no es experto, se las ingenia para que, si lo avisan con tiempo y es un grupo grande, "poder ofrecer una cata especial, para que puedan disfrutar de este manjar".
Además, uno de los datos que más impresiona a cada persona que entra en el bar, es que a Luis "no me gusta el alcohol". Allí todos los visitantes tienen a su disposición una amplia carta con 160 tipos de whisky diferentes para poder degustarlo.
Esta es, la historia de un museo que comenzó con un regalo, y que 30 años después continúa hasta convertirse en la colección de whisky más grande de toda Europa, y que seguirá creciendo, ya que Luis espera que en el futuro "mis hijos puedan proseguir con ella".