Las visitas guiadas a Valladolid están yendo un paso más allá. Además de mantener el formato tradicional con un guía y el enfoque más descriptivo, el Ayuntamiento ha apostado en los últimos años por ampliar este abanico en busca de experiencias más enriquecedoras tanto para el visitante como para los propios vecinos de la ciudad que redescubren Valladolid de una manera diferente.
Desde lo alto de la torre de la Catedral, viajando en un Bus turístico lleno de sorpresas o de la mano de teatralizaciones como la que protagoniza el repoblador de Valladolid, el conde Pedro Ansúrez. Este 2018 se ha celebrado el noveno centenario del fallecimiento del que se considera el fundador de la ciudad, aunque como bien detalla el guía de esta visita interactiva, Jorge Febrero, fue más bien su repoblador y "a buen seguro Valladolid era más grande cuando llegó Pedro Ansúrez de lo que él dice que encontró, treinta casas, dos iglesias y una pequeña cerca".
Así comienza Ansúrez, señor de Valladolid, una ruta teatralizada por alguno de los enclaves con más historia de la ciudad que parte todos los sábados a las 12.00 horas desde la plaza de la Universidad. El recorrido tiene su parada inicial en los restos de la antigua colegiata de Santa María, de la que solo queda una torre. Entre los cipreses que recuerdan los pilares de la colegiata aparece Pedro Ansúrez y se presenta ante el grupo de visitantes, para repasar su trayectoria y alguno de sus logros. Así recuerda como su buen servicio a la corona hizo que cuando ya era conde de Carrión y Saldaña, el rey Alfonso VI le encomendara repoblar Valladolid.
Un puente con el nombre de una hija
La visita continúa y aparece la otra gran protagonista, doña Eylo, mujer de Pedro Ansúrez y procedente de una familia mejor situada que la de su propio marido. En una simpática confesión ante el grupo de visitantes, Eylo recuerda sus cuatro décadas de matrimonio con Pedro Ansúrez y la anécdota que dio nombre al primer puente de Valladolid.
De los cinco hijos que tuvieron Pedro y Eylo, a la mayor de las mujeres le pusieron de nombre, precisamente, Mayor, lo que llevó a la condesa Eylo a dar el nombre de su hija al que sigue siendo el Puente Mayor. "Pero el desagradecido de mi marido dijo que no le gustó porque decía que era estrecho y no entraban bien sus tropas al volver de una batalla, por lo que construyó otro casi en paralelo", recuerda la condesa.
En las salas del Museo Catedralicio, Ansúrez también se encuentra con Alfonso VI. Juntos repasan batallas, hazañas y lamentan derrotas, al tiempo que el conde escenifica su rivalidad militar con el Cid.
Eylo se despide de los visitantes junto al sepulcro de su marido, en un logar poco vistoso, a la izquierda del altar de la Catedral, junto a una maqueta del proyecto inicial del templo. Tras una mirada a la fachada y a la historia de la seo, la visita se encamina hacia el final siguiendo uno de los ramales del Esgueva hasta llegar a la Plaza Mayor junto a la estatua del conde.
"Quién me iba a decir a mi que Valladolid llegaría a ser una ciudad tan importante y que yo tendría una estatua ante la Casa Consistorial", se despide emocionado el conde Ansúrez.
Otras visitas
La de Ansúrez, señor de Valladolid, no es, ni mucho menos, la única opción para conocer o redescubrir la ciudad. La Oficina de Turismo organiza otras muchas iniciativas como las visitas al Belén napolitano; Valladolid, una historia divertida, con los secretos de la Casa Consistorial; el Doctor Rufus y el misterio del espejo, un paseo con el desternillante científico por el Museo Patio Herreriano; Rinconeando por Valladolid, con curiosidades y anécdotas narradas por sus protagonistas; o el Valladolid histórico con Juan de Herrera, ¿qué mejor guía que el arquitecto de la corte de Felipe II, que tanta importancia tuvo en la ciudad?
Toda la información se puede consultar en la página web de la Oficina de Turismo de Valladolid.