El Instituto de Biotecnología (INBIOTEC) de la Universidad de León (ULE) coordina desde hace dos años ‘Syntheroids’ (Biología Sintética para la producción industrial de esteroides), un proyecto europeo con un presupuesto total de 2,3 millones de euros en el que, además del instituto leonés, también participan la empresa leonesa ‘Gadea Biopharma’, así como la rusa ‘Pharmins’, el instituto noruego SINTEF y la Universidad Tecnológica de Dortmund (Alemania).
El objetivo principal de ‘Syntheroids’ consiste en el diseño de un ‘proceso amistoso con el medio ambiente’ para la producción de nuevos precursores esteroideos. Hay que apuntar que los esteroides son compuestos orgánicos presentes en todos los organismos superiores, que desempeñan importantes funciones en los animales.
Dentro de esta familia de compuestos se encuentran algunos tan conocidos como el colesterol (que da estabilidad a las membranas celulares), las hormonas sexuales como los andrógenos (hormonas masculinas), estrógenos (hormonas femeninas) y progestágenos (responsables del correcto desarrollo del embarazo), las hormonas anabolizantes, (que regulan la masa muscular), los corticosteroides (con numerosas funciones como el control del metabolismo y de los procesos inflamatorios, entre otros) y la vitamina D, importante para la absorción del calcio e implicada en la regulación del sistema inmune.
EL SEGUNDO GRUPO DE FÁRMACOS MÁ IMPORTANTES, CON MÚLTIPLES USOS
Los esteroides empezaron a utilizarse con aplicaciones clínicas a finales de los años 40 y actualmente, existen más de 300 compuestos esteroideos aprobados por las distintas administraciones, con múltiples usos: contra la artritis reumatoide, en enfermedades neurodegenerativas, algunos tipos de cáncer, procesos inflamatorios, desórdenes metabólicos, tratamientos de fertilidad, insuficiencias hormonales… Esto hace que los esteroides sean el segundo grupo de fármacos más importante en cuanto a volumen de negocio, solo superado por el de los antibióticos.
Los primeros esteroides se producían únicamente mediante síntesis química, y debido a que requerían muchos pasos de síntesis, se obtenían muy bajos rendimientos, lo que hacía que fueran muy caros, además de generar una gran cantidad de residuos químicos.
En los años 80 se identificaron bacterias capaces de degradar los fitosteroles, esteroides naturales presentes en todas las plantas (al igual que el colesterol en los animales, dan estabilidad a las células vegetales). Mutantes de estas bacterias con la ruta de degradación interrumpida en puntos concretos permitieron obtener moléculas que, aunque no tenían un uso clínico directo, podían ser utilizadas como precursores para la producción de esteroides, reduciendo considerablemente el número de pasos de síntesis química, y por tanto reduciendo los costes y la cantidad de residuos generados.
‘Syntheroids’ pretende conseguir mediante ingeniería genética cepas bacterianas que puedan producir en procesos fermentativos nuevos precursores, actualmente inexistentes, que permitan reducir aún más los pasos necesarios para la síntesis de esteroides. Además, hay que tener en cuenta que el material de partida son los fitosteroles, un subproducto que se obtiene tanto de la fabricación de pasta de papel como de aceites vegetales empleados en alimentación, lo que contribuirá con la economía circular al aprovechar y revalorizar lo que hasta hace poco era considerado un residuo industrial.
Este importante proyecto fue aprobado por la Unión Europea a través de la convocatoria ERA-CoBioTech y la parte correspondiente a INBIOTEC está financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (Referencia PCI2018-093066).