La declaración del estado de alarma motivado por la pandemia de coronavirus ha alterado por completo el normal desarrollo del curso académico 2019-2020 con el cierre de las instalaciones y la suspensión de la docencia presencial, que ha hecho necesario que tanto profesores como alumnos se hayan tenido que adaptar a la nueva situación, para lo que ha sido preciso desarrollar en breve plazo procedimientos para hacer posible la docencia y evaluación online.
“Ha sido algo inesperado, -explica Alicia Rodríguez Pérez, -Vicerrectora de Actividad Académica de la Universidad de León (ULE)-, que ha obligado a todas las partes a realizar un enorme esfuerzo que ha estado acompañado de problemas y dificultades, comprensibles porque ha habido que improvisar y hacer de repente algo nuevo, con los fallos y problemas lógicos cuando se trabaja con tanta premura”.
Es en estas condiciones cuando llama la atención el esfuerzo realizado por dicho vicerrectorado cuando, antes de la pandemia y con una clara visión de futuro, destinó un total de 408.503 euros para el bienio 2019-2020 al desarrollo de la formación online, cantidad que procedía de una subvención concedida en una convocatoria de ayudas de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, en régimen de concurrencia competitiva, destinada a las universidades públicas de la comunidad.
Se trata de ayudas cofinanciadas por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, con un importe total de 16.340.013 euros, que fueron otorgadas a las universidades de Burgos, León, Salamanca y Valladolid, a través de una resolución publicada en el BOCYL con fecha 4 de febrero de 2019. Cada una de las universidades públicas recibió un importe de 408.503 euros, en dos anualidades de 204.251 euros para los años 2019 y 2020.
“Lamentablemente, esta inversión no ha llegado a tiempo para esta crisis y no ha cumplido completamente su objetivo ante lo imprevisto de la situación creada por el Covid-19, -apunta la vicerrectora-, pero ha permitido dotar a nuestra universidad de importantes medios que, cuando estén operativos al cien por cien, van a facilitar notablemente la creación de contenidos para mejorar la docencia online”.
AULA DE FORMACIÓN ONLINE INAUGURADA A MEDIADOS DE FEBRERO
La inversión se ha plasmado en un ‘Aula de Formación Online’ que fue inaugurada a mediados del pasado mes de febrero, ubicada en la primera planta de la Biblioteca Central San Isidoro, que cuenta con un plató de grabación equipado con los medios tecnológicos más modernos, como el croma, tres cámaras robotizadas, un tricaster (para hacer edición de video), equipo de sonido y un teleprompter. Esta actuación también ha llegado al Campus de Ponferrada, con la adquisición de tres equipos de videoconferencia.
El espacio del croma permite grabar con decorados personalizados y puede generar un estudio exclusivo, creado expresamente para cada ocasión, por ejemplo con la imagen institucional que se desee trasladar, sea del centro o la titulación o estudio concreto. Posibilita además incorporar presentaciones PowerPoint, páginas web que se pueden consultar en directo, fotos digitales, vídeos y gráficos.
Esta novedosa tecnología es capaz de generar el aspecto de un gran estudio de televisión (de hasta 400 m2), aunque en realidad el espacio del que se dispone es mucho más limitado (en torno a los nueve metros cuadrados), y logra realizar de forma instantánea tomas de primer y medio plano, media distancia y gran angular, o realizar zooms de forma suave, animados (sin tocar la cámara). En definitiva, se trata de un excelente recurso tecnológico del que se ha dotado la ULE para mejorar la enseñanza online y facilitar la tarea de sus profesores.
FORMACIÓN NO PRESENCIAL ANTES DEL COVID-19
Hay que recordar que, de forma previa a la declaración del estado de alarma, la oferta de la ULE en formación on-line estaba integrada por cuatro Másteres (‘Investigación en Ciberseguridad’, ‘Innovación en Ciencias Biomédicas y de la Salud’, ‘Inteligencia de Negocio y Big Data en Entornos Seguros’ (de carácter interuniversitario), y ‘Envejecimiento Saludable y Calidad de Vida’), y un Grado en ‘Información y documentación’, (a los que hay que añadir varios semipresenciales).
También había varios títulos propios impartidos en dicha modalidad, como el ‘Máster Internacional en Auditoria de Seguridad Alimentaria’ y el ‘Máster en Argumentación Jurídica’. Además, la Escuela de Formación incorporaba de forma creciente esta formación a través de una amplia oferta de cursos, que hacían posible a los interesados obtener capacitación especializada sin la necesidad de recurrir a la formación presencial.
Con la situación de excepcionalidad en la que estamos inmersos, todas las titulaciones y estudios de la ULE se han visto obligado a adaptarse para poder finalizar el curso de manera no presencial, y son muchos los profesores que han recurrido ya a las herramientas que se han puesto a su disposición para poder hacerlo de la mejor manera posible, y que en un futuro próximo, con la vuelta a la normalidad, sin duda serán empleadas cada vez por más docentes.