Por primera vez, desde 1921, la romería de La Hiniesta no ha podido celebrarse en la provincia de Zamora. Este Lunes de Pentecostés de 2020 es la primera ocasión en la que la Virgen de la Concha no sale de su templo y los zamoranos han tenido que acudir a la iglesa de San Vicente para adorar a su patrona y no han podido acompañarla en esos siete kilómetros que separan la capital de la localidad de La Hiniesta.
720 años de historia de la romería donde ha ocurrido de todo y las anécdotas son infinitas. Por ello, el concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Zamora, David Gado ha utilizado sus redes sociales para compartir con sus seguidores algunas de las más curiosas y que se remontan a muchos años atrás, como forma de recordar la celebración, que este año ha tenido un tono bien distinto.
Pese a que la procesión se instaló como tal en 1921, David Gago explica que la tradición cuenta que la Virgen de la Concha llega a Zamora en el año 1062 procedente de Palencia, viene como patrona del gremio de laneros en una de las repoblaciones que tuvo Zamora y que se instalarían en el barrio de 'La Lana' cuya iglesia estará dedicada a San Antolín, actual patrón de Palencia. La tradición dice que la Concha estaba en el sepulcro del santo palentino.
El concejal recuerda que, según la tradición, fue doña Urraca, quien en 1071 fundó la actual Cofradía de Nª Sª de San Antolín, hoy conocemos como 'La Concha' y es declarada Patrona. “¿Sabéis el objetivo de la cofradía? Ir a rezar por el alma del Rey Sancho II hasta el lugar donde murió”, añade.
En 1291 la historia dice que aparece bajo una hiniesta una imagen de la Virgen y en ese lugar Sancho IV manda construir un santuario y entre que se construye y no, la imagen encontrada se lleva a la iglesia de San Antolín. Cuando se termina de construir la iglesia, llevan la imagen encontrada en procesión y La Concha la acompaña hasta el pueblo de La Hiniesta. Esa fue la primera Romería a La Hiniesta. Un acto que se repite desde hace 729 años.
Un templo que esconde grandes tesoros, el pórtico es de una gran calidad y demuestra su importancia. "Las pinturas murales, ocultas tras el retablo actual, de estilo gótico, son de gran belleza y muy desconocidas", relata Gago.
Los sucesos de 1495
El también profesor de Geografía e Historia recuerda lo ocurrido en Zamora allá por 1945 cuando, "toda la ciudad fue condenada a algo parecido a la excomunión a cuenta de la procesión de ese año”.
Tal día como hoy del año 1495 la romería salió a las 5 de la mañana de San Antolín, con seña y pendón, cargada por sacerdotes y acompañada una representación de Santiago, es decir, una persona disfrazada que iba ofreciendo guindas a los cofrades. En aquellos tiempos ya preveían que algunos cofrades "mangaran" las uvas de las viñas en el camino a La Hiniesta, por eso la Cofradía penalizaba con multas de medio real para los que tuvieran la mano larga o se desviaran del camino.
En La Hiniesta, se daría la vuelta a la iglesia por la derecha, como manda la tradición y una vez almorzados, volverían para la Zamora haciendo parada en la Ermita de Valderrey. La procesión atravesó el carrascal de Valorio, un bosque muy apreciado por los reyes como zona de caza. Nadie esperaba lo que ocurriría en la ermita de San Marcos, hoy desparecida, en la entrada de Valorio. Parece que habían depositado las armas durante la romería en unos caballos y que al llegar a San Marcos las tomaron de nuevo con gran jaleo, “catando y desnudando” a las mujeres, causando una gran perturbación en la procesión.
Espadas en alto, lanzas que vuelan, mujeres agredidas, el que va disfrazado de Santiago corriendo y gritando y una lanza que impacta contra la Virgen, cayendo al suelo y rompiéndose corona y mano.
Todo esto motivó una severa sanción: el 'entredicho' (parecido a la excomunión) de la ciudad entera. Es de suponer que, en aquella época, una condena al infierno (en el que todos creían sin dudar), sería una desgracia que había que evitar. "Imaginad a Isabel la Católica escandalizada por lo que escuchaba y ordenando una investigación urgente. Juan Cuero se encargará de dar con los responsables, aunque los zamoranos seguirían privados de poder ir a misa y comulgar ¡en aquella época!", bromea el concejal del PSOE.
La ciudad de Zamora mandaría a Salamanca al funcionario Andrés Canelas, para pagar 300 maravedíes y levantar el entredicho que pesaba ante el representante del Arzobispado de Santiago de Compostela, algo que parece sucedió el 1 de julio de 1495. Así se cerró la 204 Romería de la Hiniesta, con una Virgen en trozos, los pobres cofrades amenazados para que no delataran a nadie y una ciudad pagando para poder ir a misa y comulgar y así no arder en el infierno.