Aspace Salamanca, tiene entre sus centros el Colegio de Educación Especial y Rehabilitación “El Camino”, concertado con la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León. Cuenta con 10 unidades educativas para el alumnado de 3 a 21 años: una de Infantil, siete de Educación Básica Obligatoria (EBO) y dos de Transición a la Vida Adulta (TVA).
El máximo desarrollo personal, intelectual, emocional y social del alumnado, es el objetivo del Colegio, contemplado desde una óptica multidisciplinar.
Las necesidades y capacidades individuales del alumnado, su bienestar personal y el concurso de las familias constituyen los ejes fundamentales del proyecto educativo.
Trabajamos mediante un sistema de detección de necesidades. Cuando hemos detectado una necesidad buscamos los medios y diseñamos el programa o el material adecuado para intervenir. Es un trabajo directo, individual, donde una necesidad no se trabaja de la misma manera en dos personas alumnas, porque la analizamos junto con el resto de características que tiene la persona.
Una educación individualizada, que se adapta a las características y necesidades específicas de cada alumno y alumna y que reconoce el derecho a ser diferente. Una preparación para la vida realista, utilitaria y práctica que acompañe el desarrollo evolutivo y sea respetuosa con los ritmos de aprendizaje. Una atención globalizada y una experiencia compartida con las familias que son eje en el proceso de atención y desarrollo educativo de sus hijos.
Las diferentes etapas educativas se caracterizan por una concatenación de objetivos interrelacionados a lo largo de todo el proceso educativo, en el que el trabajo en equipo, la coordinación transdisciplinar y la cooperación de las familias son piezas angulares de todo el proceso.
Sin duda, muchas son las dificultades que debemos sortear, si bien es mucho el camino recorrido. Queremos pensar que estamos en la dirección correcta, estableciendo los pasos necesarios para que ni un solo alumno se quede sin una respuesta a sus intereses y necesidades vitales.
DISCRIMINACIÓN A LA EDUCACIÓN ESPECIAL CONCERTADA
El documento pactado entre PSOE y Unidas Podemos, en la comisión del Congreso para la Reconstrucción Social y Económica del Sector educativo, excluye a la escuela concertada de los incrementos de financiación que se dediquen a la enseñanza por la crisis provocada por el coronavirus. Propone que la totalidad de esos extras en la inversión en el sistema educativo -entre ellos los fondos que se consigan en el futuro en Europa- vayan destinados exclusivamente a la red pública.
Esta decisión, del Gobierno de España, supone un trato discriminatorio, ya que adaptar el centro a las medidas contra la pandemia, adquirir el material necesario de protección (geles, mascarillas, pantallas, desinfectante…) y aumentar los servicios de limpieza suponen un incremento de gasto insostenible. Pero la discriminación no es sólo a los colegios, es también a las familias que ejerciendo su derecho de elección de centro se sienten desprotegidas y desamparadas.
En el caso de los centros de educación especial como el nuestro, esta situación se une a la ya existente, recogida en la ley de Celaá, en la Disposición adicional cuarta de la Evolución de la escolarización del alumnado con necesidades educativas especiales, en la que se recoge el desmantelamiento de los centros de educación especial.
Con estas decisiones el Gobierno castiga una vez más a las familias con hijos e hijas con grandes necesidades de apoyo, que no tienen posibilidad de estar en centros ordinarios, recibiendo las atenciones y cuidados necesarios para asegurar su cuidado y desarrollo personal global, y requieren para ello de centros específicos como “El Camino”.
Desde ASPACE Salamanca exigimos que el Gobierno tenga en cuenta la educación concertada especial en el reparto de los fondos extras destinados a la enseñanza, porque detrás de cada centro están los alumnos con necesidades extremadamente especiales, y detrás de cada alumno y alumna una familia que hace lo imposible para que su hijo/a reciba por encima de todo los mejores cuidados adaptados a su condición, y ya bastante es afrontar el día a día con una persona gravemente afectada para que además, quienes tienen que protegerles les pongan piedras en el camino.