El cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, ha apelado a la "responsabilidd de todos y cada uno" para evitar contagios y disciplina para "seguir las normas y recomendaciones de las autoridades sanitarias que tienen información, asesoramiento y competencia" para "decidir lo que afecta al bien común".

"La vida del hombre debe armonizar la seguridad y la confianza, el respeto a la realidad y la esperanza; ni confinados por el miedo, ni atrevimientos insensatos", ha subrayado Blázquez en su homilía en el funeral por las víctimas de la COVID-19 celebrada este sábado en la Catedral de Valladolid.

El cardenal arzobispo ha pedido por la intercesión de la Virgen María ante una situación como ésta y ha subrayado la deuda de la sociedad con el personal sanitario "en todo el recorrido de las diferentes responsabilidades y tareas".

Asimismo, se ha dirigido a "quienes ejercen la autoridad en la sociedad" para recordarles que "deben servir a los ciudadanos en el trabajo de la justicia y del bien común, de la paz y el cuidado especial a los pobres".

Monseñor Blázquez ha reconocido que este virus "ha desafiado a la humanidad en sus pretensiones de autosuficiencia", aunque ha advertido que si bien los cristianos han estado "confinados como todos" en este tiempo, la Iglesia "no se ha detenido".

Así, ha recordado que Cáritas "ha multiplicado sus servicios", parroquias y comunidades religiosas "han estado atentas" y muchas familias se han convertido en "iglesias domésticas". "La Iglesia ha estado en su lugar, confinada pero no ausente. Los capellanes han acompañado a los enfermos en la medida de lo posible", ha sentenciado monseñor.

Por otro lado, ha destacado cómo en esta "penosa coyuntura" se ha descubierto "la bondad y la capacidad de sacrificio por los demás que hay en el corazón humano" y se ha referido al "deseo de acertar" y "nunca de actuar equivocadamente" que ha imperado a pesar de que "habrá habido limitaciones".

SENTIDA CONDOLENCIA

El prelado ha expresado su "sentida condolencia" a los familiares de los que han fallecido en esta pandemia y ha reiterado su "gratitud" a los "servidores del bien común" por su colaboración "admirable y admirada".

Ricardo Blázquez se ha referido al estallido de la pandemia como un "golpe seco", un "parón brusco" de las actividades personales, familiares, sociales y eclesiales. "Nuestras calles estaban desiertas, sin movimiento de personas ni circulación de vehículos. Fue una irrupción violenta, una novedad abrupta, y un desconcierto insospechado", ha añadido.

Al hilo de esto, ha recordado cómo los hospitales se vieron "desbordados" con "enfermos y muertos incontables" y ha aludido a la "fuerte impresión" que causó la bendición 'urbi et orbi' impartida por del Papa Francisco y retrasmitida desde el pórtico de la Basílica de San Pedro en la tarde del 27 de marzo ante una plaza vacía.

"Día tras día teníamos noticia de cuántas personas contagiadas, cuántas enfermas, cuántas heridas mortalmente, cuántos fallecidos", ha repasado el cardenal, que ha parafraseado a un personaje de la película 'El séptimo sello', Bergman cuando afirmaba: "Me ha rozado la muerte".

Asimismo, no se ha olvidado de que la pandemia "ha golpeado con particular dureza a los ancianos", cuya "debilidad acumulada por el paso de los años" fue "ocasión propicia para esa invasión inmensa".

"Hoy los recordamos con afecto y respeto, y pedimos a Dios para ellos el descanso eterno", ha añadido en su homilía, para constatar a continuación que "a las fatigas de su vida se unió un desamparo especial en la muerte". "Deseamos en esta celebración reavivar nuestros sentimientos humanos más nobles y compartir su sacrificio con nuestra compasión", ha pedido monseñor.

Ricardo Blázquez ha aludido al inicio del funeral a la celebración este sábado de la festividad de Santiago Apóstol, cuya relación con la evangelización de España ha recordado.