Jorge Manrique, actual gerente de la plaza de toros de Valladolid, fue director de la escuela de Rioseco y de vez en cuando se asoma a los tentaderos para descubrir nuevos valores. Manrique, que tomó la alternativa en 1985, también conoce el campo del apoderamiento, habiendo llevado las carreras de Miguel Abellán y Alejandro Marcos, entre otros.
Estamos seguros que el diestro de La Seca sabrá sacar partido de este nuevo valor que, aún sin pulir, le enseñará el oficio para que llegue a buen puerto. Recientemente coincidimos en un tentadero, en la ganadería palentina de Conchi Quijano y Jesús Caminero, y observamos extrañados como Manrique daba indicaciones al jovencísimo novillero. Al final todo ha quedado aclarado.
El padre del novillero, Jesús Andrés, quiso ser y es quien le ha metido a su hijo “los demonios del toro en el cuerpo”. El chaval anda muy bien en la cara de las vacas, e incluso se ha puesto delante de novillos cuajados demostrando que quiere ser torero.
Con mucho sacrificio, ambos se desplazan todas las semanas hasta Medina de Rioseco para que Pedro reciba clases de toreo a cargo del maestro Santiago Luguillano y Herminio Jiménez “El Chaca”, director y profesor respectivamente de la escuela taurina riosecana.
Un centro de aprendizaje por iniciativa de Justo Berrocal y Chema Rueda, de la peña “Jorge Manrique”, e integrados en la Federación Taurina de Valladolid. Ardua labor la de estos abnegados aficionados.
Manolo Lobato, descubridor, entusiasta y apoderado hasta ahora del novillero vitoriano, seguirá acompañando al nuevo valor en calidad de asesor y, sobre todo, de amigo.
Suerte para torero y apoderado.