La diócesis de Zamora celebra este jueves, 6 de agosto, en la S.I Catedral de Zamora la Misa Crismal a las 11 horas, tras haberla suspendido en Semana Santa a consecuencia de la pandemia. El arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, será el encargado de presidir esta eucaristía en la que se bendicen los óleos y el santo Crisma; y los sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales.



El colegio de consultores de la diócesis, con su administrador diocesano a la cabeza, han creído oportuno celebrar la Misa Crismal e invitar a la participación de todos los que forman el pueblo de Dios: sacerdotes, consagrados y laicos. “Ante la tregua que parece que nos está dando la pandemia a pesar de los rebrotes, el colegio de consultores ha decidido el celebrar la Misa Crismal; como momento de encuentro, de renovación de las promesas sacerdotales, de bendición de los óleos y de oración conjunta para pedir por la normalización de nuestras vidas y la vida de nuestras comunidades”, afirma el administrador diocesano en la carta emitida a la comunidad diocesana.



Misa Crismal



La santa Misa Crismal se llama así precisamente porque en ella se consagra el santo Crisma. Tradicionalmente se celebraba el Jueves Santo por la mañana y con esta eucaristía terminaba el tiempo de la Cuaresma.

En la actualidad, en Zamora se celebra -salvo por la actual situación de pandemia- el Miércoles Santo por la mañana. Después de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano ll, por disposición del Papa Pablo VI, se añade a esta eucaristía un rito nuevo: la renovación de las promesas o compromisos sacerdotales. Por esta razón se puede desplazar de la mañana del Jueves Santo a alguna de las ferias anteriores de la Semana Santa. De esta forma, se hace factible la presencia de todos los sacerdotes, que para algunos en la mañana de Jueves Santo no le sería posible al tener que desplazarse y volver para comenzar la celebración del Santo Triduo Pascual.

Por tanto, en esta eucaristía hay tres secuencias:

1-Los sacerdotes, formando una corporación fraterna y sacramental con el obispo, renuevan su adhesión a Jesucristo a quien sirven y representan y su compromiso de entrega y servicio a la Iglesia en sus diversas comunidades.

2-En esta eucaristía el obispo consagra el santo crisma (para el sacramento de la confirmación, para ungir la cabeza del nuevo obispo, las manos de los nuevos sacerdotes y para consagrar el altar y los muros de los nuevos templos) y bendice los óleos para la preparación del bautismo (óleo de los catecúmenos) y el óleo para implorar la salud y la purificación de  los enfermos  (óleo de la unción de enfermos).

3-La parte más importante es la celebración del sacrificio Pascual de Jesucristo, el Señor. Un aspecto interesante de este año en el que estamos en sede vacante, es decir, aún sin nombramiento de obispo, es que quien preside la eucaristía Crismal sea el arzobispo metropolitano, que de alguna forma es referencia capital en una provincia eclesiástica.