El Puente Salud Mental Valladolid ha puesto en marcha un proyecto con el objetivo de romper la brecha digital. Con el nombre de Andén 2.0, esta iniciativa consiste en un primer momento en la adquisición de tablets y formación a las personas que habitan en la red de viviendas de la entidad vallisoletana.
Son muchos los efectos que ha dejado la pandemia de la COVID-19, uno de los más difíciles de superar es el distanciamiento social, la falta de relaciones, de conexión con familiares, amigos...situación que se ha intentad salvar con las comunicaciones online.
El problema es que en concreto en la red de viviendas de El Puente Salud Mental de Valladolid se vio que la mayoría de usuarios no contaban con los medios necesarios ni con el aprendizaje para manejarse, explica Susana Sixto, educadora social de esta asociación.
Fue así como surgió la necesidad de digitalizar este ámbito, bajo el proyecto Andén 2.0, en este caso dotando de material y permitiendo así que sus beneficiarios ampliasen su red de contactos y tuviesen acceso a toda la información, tanto de programación de la entidad como de ocio.
"Durante el confinamiento, y después también, hay una serie de actividades, programación...que se mantiene online. Esta brecha digital para muchos usuarios implicaba no estar al día de las actividades", concluye Sixto.
Este proyecto no sólo abarcaba la dotación de material, sino la puesta en marcha de una formación en las propias viviendas para enseñarles nociones básicas de manejo y que así pudieran sacar el máximo partido.
La acogida no ha podido ser mejor, hasta el punto, de que el proyecto se ha hecho extensible a otros servicios donde se ha visto la necesidad de romper barreras digitales, un aspecto que se muestra de gran importancia en la época actual, en el que las nuevas tecnologías tienen cada vez un mayor calado en las relaciones personales.
El Puente Salud Mental Valladolid es una entidad que, desde hace más de 25 años, defiende los intereses de las personas con problemas de salud mental y sus familias. La entidad, en la que trabajan más de 60 profesionales, atiende a unas 1.000 personas al año.