FUENTE: DICYT
La incidencia de la COVID-19 en pacientes con trasplante hepático y bajo tratamiento inmunosupresor es aproximadamente el doble que la de la población general con la misma edad y sexo, pero sin embargo desarrollan de manera menos grave la enfermedad. Así se desprende de un estudio publicado en Journal of Hepatology, realizado en 22 centros de trasplante españoles, entre ellos el Hospital Río Hortega de Valladolid, integrados en la Sociedad Española de Trasplante Hepático (SETH) y que cuenta con la participación de ocho grupos del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), que ha identificado 111 personas trasplantadas afectadas por el coronavirus.
Los coordinadores del mayor estudio en pacientes inmunosuprimidos con COVID-19 publicado hasta el momento son los investigadores del CIBEREHD Jordi Colmenero (Hospital Clínic de Barcelona), Manuel Rodríguez Perálvarez (Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba) y Magdalena Salcedo (Hospital Gregorio Marañón de Madrid), que han analizado una cohorte de pacientes trasplantados de hígado en comparación con la población general infectada por SARS-CoV-2 en el mismo periodo. Para ello se han servido de fuentes de datos oficiales procedentes del Registro Español de Trasplante Hepático (RETH), del Ministerio de Sanidad y del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La iniciativa fue originalmente concebida en el seno de la junta directiva de la SETH, según explica su presidente, José Antonio Pons: “Inicialmente, el estudio fue concebido como una fuente de información interna para la sociedad que permitiese diseñar protocolos y líneas de actuación. Sin embargo, la acogida entre los socios fue tal, que acabó transformándose en un proyecto de investigación del más alto nivel”.
La cohorte de pacientes con trasplante de hígado fue seleccionada durante la fase ascendente de la curva epidémica de COVID-19 en España entre el 28 de febrero y el 7 de abril de 2020. En dicho periodo, 111 pacientes trasplantados de hígado en España fueron diagnosticados de Covid-19. Tras una media de seguimiento de 23 días, 96 pacientes (el 86,5%) ingresaron en el hospital, 22 (19,8%) necesitaron ventilación mecánica y 12 (10,8%) ingresaron en la UCI. Un total de 35 pacientes (31,5%) cumplieron los criterios de Covid-19 grave. Por otra parte, la tasa de mortalidad fue del 18%, siendo menor que en la población general de la misma edad y sexo.
Según explica Manuel Rodríguez Perálvarez, investigador del CIBEREHD, “hemos demostrado que, incluso con un patrón epidemiológico similar, la incidencia de COVID-19 en pacientes trasplantados es aproximadamente el doble que la de la población general con la misma edad y sexo, pero sin embargo la mortalidad ha demostrado ser algo menor en este tipo de pacientes. Este hallazgo ha sido completamente inesperado puesto que tienen más comorbilidades que la población general y era de esperar que la mortalidad fuese mayor”.
La retirada precoz del mofetil micofenolato frena los cuadros más graves
Los investigadores consideran que es posible que el tratamiento inmunosupresor los proteja frente al desarrollo de las formas más graves de COVID-19 mediante la atenuación de la denominada ‘tormenta de citoquinas’. Para ello, se ha realizado un análisis pormenorizado de la influencia de cada fármaco inmunosupresor sobre el riesgo de necesidad de ventilación mecánica, ingreso en UCI o fallecimiento, y han encontrado que mofetil micofenolato aumenta la gravedad del cuadro por coronavirus de una forma dosis-dependiente, y que su retirada precoz es capaz de revertir el efecto. “Por el contrario, tacrolimus, el inmunosupresor más usado en trasplante hepático, se relacionó con una tendencia a menor gravedad, lo que se podría justificar por su actividad antiviral in vitro frente a diferentes tipos de coronavirus demostrada en diferentes estudios”, indica Manuel Rodríguez.
La alta incidencia de COVID-19 en estos pacientes, aunque no deriven en cuadros tan graves, pone de manifiesto -indican los autores- la necesidad de extremar las precauciones en el distanciamiento social, uso de mascarilla e higiene de manos, además de plantear el acceso prioritario a la vacuna frente al SARS-CoV-2 cuando esté disponible.