Comisiones Obreras ha criticado la "improvisación, urgencia y precipitación" al inicio de curso en Valladolid, con problemas que han supuesto desdobles de aulas el día antes de empezar las clases, la masificación en algunas aulas o que se salten los procedimientos ordinarios a la hora de llamar a interinos.

Además, el sindicato ha reclamado que, además de las medidas sanitarias para garantizar la seguridad, se tomen otras de carácter educativo, teniendo en cuenta lo pasado, para adaptar los currículos, atender a los alumnos que hayan podido quedar "descolgados" y que se cuide a los más desfavorecidos como los alumnos con necesidades especiales.

Así lo han señalado el secretario provincial de la Federación de Enseñanza de CCOO, Pablo Redondo, y la representante del personal laboral de Educación del sindicato, Ascensión Quintero.

Redondo ha señalado que el sindicato siempre ha defendido una vuelta al cole "de forma segura" para toda la comunidad educativa, pero para ello ha incidido en que hay que tomar unas medidas y ha criticado la "falta de responsabilidad" tanto de la Consejería de Educación como de la Dirección Provincial, que están demostrando con sus medidas que "se van improvisando, aplicando sobre la marcha, deprisa y corriendo" y con "efectos negativos" para toda la gente.

El responsable de CCOO ha añadido que la Administración ha "desoído" sus propuestas, que llevan haciendo desde abril, algo "irresponsable", y tratan de "resolver" el curso cuando ya ha empezado, de forma "precipitada" e incluso "improvisada".

Así, ha señalado que en Valladolid no se ha atendido su petición de bajar las ratio hasta 15 alumnos en Infantil y 20 en el resto de etapas y se optó por mantener las que fijaron garantizando la distancia de seguridad y el uso de mascarilla.

Sin embargo, Redondo ha asegurado que, a pesar de las peticiones, no se ha hecho una previsión de espacios disponibles de centros y administraciones cercanas que se pudieran utilizar para hacer desdobles, de manera que se han dado muchos problemas de diferentes tipos, ya que hay algunas zonas masificadas, incluso centros con 28 alumnos porque se puede mantener la distancia de seguridad.



Medidas de última hora 

Esta falta de previsión con suficiente tiempo, ha explicado, ha supuesto que hasta el día antes de comenzar las clases se han estado haciendo desdobles o separaciones de grupos y los equipos directivos han trabajado "contrarreloj" a 24 horas del arranque del curso, cuando un centro tiene que funcionar "como un reloj" y todo lo que se hace deprisa supone modificar horarios, que "no es fácil de encajar", o habilitar espacios que a veces no reúnen las condiciones adecuadas para la actividad educativa.

Redondo ha señalado que hay muchos ejemplos pero ha apuntado algunos como el CEIP Marina Escobar o el IES Julián Marías en Valladolid y el CEIP Miguel Delibes de Aldeamayor de San Martín han vivido esta situación.

Por otro lado, Pablo Redondo ha señalado que otro problema es el de la necesidad de profesorado, para el que se han habilitado dos vías, una de ellas, que consideran "sangrante", es que en primaria se ha cubierto el déficit con el "resto horarios", es decir, horas que no corresponden a ninguna asignatura y que el profesorado suele utilizar para el refuerzo con alumnos que tienen necesidades especiales. Así, se han observado problemas en el colegio María Montessori de Renedo, donde la dirección ha tenido incluso que asumir la tutoría, y en el CEIP Gloria Fuertes de Tudela.

Por otro lado, la falta de personal se cubre con interinos, pero "por culpa de la precipitación" no se respetan los procedimientos "ordinarios" y en lugar de utilizar el sistema informático de adjudicación de plazas, se ha hecho por teléfono o correo electrónico, lo que ha hecho que se den situaciones paradójicas como el hecho de que personas con mayor puntuación tengan un contrato para sustitución de 15 días y otros con menos puntos lo tengan para todo el curso. "Hay poca limpieza y transparencia en la adjudicación de interinidades", ha señalado.

A esto se suma la necesidad de que alguien que llega a un nuevo centro tenga que adaptarse, algo que no ocurre, ya que el mismo día que ha empezado el curso han llegado profesores interinos.

Por otra parte, Redondo ha censurado la "descoordinación" entre la Inspección educativa y los inspectores, ya que a pesar de una recomendación del Ministerio de Sanidad de mantener las actividades no lectivas en línea y evitar que sean presenciales, la inspección no lo permite, por lo que para celebrar reuniones como las de un claustro hay que buscar espacios suficientemente amplios, lo que también es una dificultad.

A estos problemas se suman otros en Bachillerato, etapa que comienza este lunes, con situaciones como la del Instituto María Moliner de Laguna, donde se iba a establecer cinco grupos y al final se ha decidido que sean cuatro más numerosos y además en horario de tarde, lo que puede suponer problemas de conciliación e incluso cambios de matrícula de alumnos.

Finalmente, Redondo ha señalado que las etapas que son las "grandes olvidadas" son las de Formación Profesional y las enseñanzas artísticas con situaciones como la del IES Condesa Eylo, donde dos ciclos formativos van a ir en horario de tarde, algo que se comunicó el viernes por la tarde, pero oficialmente no se tiene conocimiento de ello.

El responsable de CCOO ha demandado que, además de estas medidas que son estrictamente sanitarias, quieren que se hable de medidas educativas, sobre lo que ha pasado, para atender al alumno "descolgado", tener previsiones y adaptar el currículum para "llegar a todos" porque quien "paga" en educación son siempre los más desfavorecidos, en este caso los alumnos con necesidades especiales.

Problemas de personal

En cuanto al personal laboral, Ascensión Quintero ha apuntado falta de eficacia y agilidad con problemas que van desde la ubicación del personal subalterno o el personal de cocina que se ha incorporado "sin saber nada" porque es personal fijo discontinuo y se incorpora al tiempo que los alumnos a los trabajadores de servicios o limpieza, al que se ha declarado "esencial" durante la pandemia y del que había compromiso de refuerzo, pero sólo con 46 personas en Valladolid para más de un centenar de centros, por lo que el "refuerzo es relativo".

Además, Quintero ha criticado la falta de información y formación ante la "nueva normalidad" con protocolos que han llegado tarde, el cambio de normativa en agosto, etcétera, para un personal que atiende a alumnos con necesidades especiales o servicios complementarios como los comedores y el transporte.

Precisamente en estos servicios complementarios, ha afirmado la responsable de CCOO, se "rompen" los grupos de convivencia estable y ha puesto como ejemplo el centro de educación especial número 1 de Valladolid, que cuenta con el mismo número de vehículos y usuarios y los alumnos no llevan mascarilla porque no pueden y en el comedor es "difícil" mantener distancias.

Quintero ha agregado que el personal de atención directa al alumnado está "codo con codo" con el alumnado, con cercanía y proximidad, por ello ve fundamental clarificar qué EPI deben utilizar y que se reúna el comité de salud para poner al día estas cuestiones.

Finalmente, se ha referido a los trabajadores especialmente sensibles, para los que hay un protocolo, pero el servicio de prevención de la Junta está "desbordado" y estos empleados siguen yendo y no tienen orientación ni adaptación en su puesto de trabajo.