La fuerza de prensión manual puede ser un marcador fiable y barato para identificar a grupos de la población con mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, según se desprende de un estudio liderado por el investigador de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) de Valladolid Juan Pablo Rey López.



Hasta la fecha, numerosos estudios habían mostrado que una mayor condición física en la época adulta se relaciona con un menor riesgo futuro de padecer enfermedades crónicas y una mayor longevidad. El nivel de condición física depende de varios factores, ya fueran no modificables, como el sexo, la genética; y modificables, como la alimentación, los niveles de actividad física, etc.….



Pero la nueva investigación, recientemente publicado en la prestigiosa revista británica Journal of Sports Sciences, muestra que una baja condición física —medida a través de test fuerza máxima de prensión manual y definida según edad y sexo— está asociada con un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas) y con un mayor riesgo de incidencia o muerte por eventos cardiovasculares (CVD).



Para ello, Rey-López, junto a investigadores de las Universidades de Sídney (Australia) y de Glasgow (Reino Unido), analizó datos de 279.030 adultos pertenecientes al estudio UK-BIOBANK, realizado en el Reino Unido, uno de los mayores y más importantes estudios epidemiológicos elaborados en el mundo.



Uno de los principales hallazgos de la investigación liderada por la UEMC fue que, tras de 5 años de seguimiento, la relación entre los bajos niveles de fuerza y el mayor riesgo de mortalidad o de incidencia de eventos cardiovasculares no era igual en todos los grupos de la población, sino que dependía del nivel socioeconómico de los participantes. Así, a mayor nivel de vulnerabilidad (desventaja socioeconómica) de una población, se observó la existencia de mayor relación entre el nivel de fuerza (bajo) y el riesgo de morbilidad de origen CVD y de mortalidad (por causas CVD y debido a todas las causas).