Raúl Ortiz de Lejarazu ostenta nada más y nada menos que 40 años de experiencia como virólogo. Consejero científico y director emérito el Centro de Gripe de Valladolid, el afincado en Simancas asegura que debemos adaptarnos para convivir con el coronavirus en España y en todo el mundo, al menos unos años más.
Charlamos con el vallisoletano sobre esta segunda ola de la pandemia en la que nos encontramos, sobre vacunas, y sobre lo que se ha hecho bien y, fundamentalmente mal, en esta entrevista.
Pregunta. Parecía que el verano y el calor iban a dar una tregua con el virus, pero al final no ha sido así.
La temperatura es un factor secundario para la difusión del virus
Respuesta. Efectivamente, científicos que conozco y yo mismo dijimos en conferencias y medios sociales que al virus no lo detiene el verano. La temperatura es un factor secundario para la difusión del mismo. Los primarios son el propio virus y los portadores, los mecanismos de transmisión y la población susceptible. Ha evolucionado adaptándose mejor a los humanos, aunque afortunadamente sin mayor virulencia y todavía hay mucha población susceptible. Eso hace que viva una luna de miel biológica con los humanos que todavía ejercemos poca “presión biológica” sobre el virus que es el factor que limitará su difusión en el futuro.
P. ¿Qué se ha hecho mal desde que se levantó el Estado de Alarma en nuestro país?
R.Probablemente distintas y variadas cosas. En primer lugar hemos tenido una falsa sensación de liberación y de “final de la pandemia”, anunciando la derrota del virus y dando mensajes para animar a la población a disfrutar de locales y ocio lo que ha facilitado un relajamiento excesivo sin modificación alguna en la práctica de acontecimientos sociales.
En segundo lugar, se ha tardado en tiempo en dotar de recursos iniciales al rastreo. Falta de evaluación de las medidas adoptadas como reclamaron en Lancet en agosto investigadores españoles. Refuerzos en Atención Primaria, no solo médicos y enfermería, también administrativos. En los laboratorios de Microbiología ha faltado consolidar a los nuevos técnicos contratados, además de otros factores a nivel asistencial. Eso nos hace ir a remolque del virus, en vez de tratar de anticiparnos a él.
P. ¿Cree que se han seguido los consejos establecidos como la higiene de manos, la distancia social o el uso de mascarilla?
R. Los consejos establecidos se han seguido de forma desigual, probablemente debido a que han faltado campañas institucionales para explicar la base de los mismos a toda la población. Las distintas recomendaciones y obligaciones sobre la mascarilla han eclipsado al resto de medidas.
Mientras en todos los sitios recuerdan la necesidad de llevar mascarilla, sin embargo, no se insiste en la distancia física de seguridad, 1,5 metros o más, que es fundamental, sobre todo, en las ocasiones que está permitido no llevarla, al comer o beber, o en reuniones familiares de no convivientes.
Llevar una mascarilla quirúrgica no concede una protección al 100% y hay que explicar bien e insistir en el resto de las medidas. Los contagios actuales ocurren preferentemente en el hogar y en celebraciones del ámbito privado o semiprivado.
P. ¿Existe una falta de responsabilidad entre la población española, sobre todo la de los más jóvenes, que es la que nos está llevando a pasar por esta situación, de nuevo?
R. Los factores que hacen pasar de una situación de bonanza epidemiológica a otra peor son múltiples como he explicado anteriormente y la responsabilidad es compartida. He tenido la ocasión de tomar un tentempié en La Cueva, en Alar del Rey, y me sorprendió muy gratamente la seriedad con la que los propietarios del local se tomaban las medidas de prevención. Ese tipo de noticias también son un ejemplo y merece la pena ensalzarlas.
P.Asegura que hay que unificar talento y anticiparse al virus, sobre todo en las residencias de mayores. ¿Llegamos tarde ya, como en marzo?
R. Nunca es tarde para mejorar, creo que en esta, como en otras enfermedades infecciosas emergentes, alguno de los mayores aliados son la ignorancia y el desconocimiento. Todas las ideas suman. Hemos aprendido en la primera onda pandémica que las residencias son lugares de especial atención. Castilla y León es una comunidad con una demografía particularmente envejecida, necesitamos concentrar nuestra vigilancia en esos centros. Hacer un esfuerzo suplementario con sus cuidadores y tratar de anticiparnos al virus con métodos de vigilancia no intrusiva como el examen periódico de sus aguas residuales. Hay que sumar medidas.
P. ¿Cree que se ha aprendido de los errores que cometimos en marzo?
R. Espero y deseo que vaya sucediendo así. Ahora que se habla tanto de la carta de los científicos españoles a Lancet, te traduzco literalmente parte de los problemas apuntados en la misma: “falta de preparación pandémica, es decir, sistemas de vigilancia débiles. Baja capacidad para las pruebas de PCR y escasez de equipos de protección personal y equipos de cuidados críticos. Además, una reacción tardía de las autoridades centrales y regionales, lentos procesos de toma de decisiones, altos niveles de movilidad y desplazamiento de la población, escasa coordinación entre autoridades centrales y regionales, baja dependencia del asesoramiento científico, el envejecimiento de la población, los grupos vulnerables que sufren desigualdades sociales y de salud, y la falta de preparación en residencias de ancianos.
Estos problemas se vieron exacerbados por los efectos de una década de austeridad que había agotado el personal sanitario y la reducción de la capacidad de salud pública y del sistema de salud”. Algunos de los elementos citados en esa carta se han abordado y están solucionándose, otros no.
P. ¿Será peor esta segunda oleada que la primera?
Es probable que esta onda tenga menor magnitud que la primera, pero se prolongue algo más en el tiempo
R. Nadie puede saber eso. No debería ser peor esta segunda onda pandémica que la primera, pero el comportamiento humano es impredecible y las personas deben asumir que este es un virus que transmitimos y propagamos nosotros mismos con nuestros comportamientos. Si no ponemos todo de nuestra parte repetiremos el escenario. Ahora se tiene mayor conocimiento sobre el virus y su dinámica de difusión. Por ejemplo, en la curva española y de otros países se ve que a partir de las tres semanas de confinamiento se inicia el descenso, ese es un ejemplo y podrían citarse muchos más. Es probable que esta onda tenga menor magnitud que la primera, pero se prolongue algo más en el tiempo.
P. ¿Ese talento del que hablábamos puede servir también para que en España se obtenga una vacuna?
R. En España hay talento suficiente para obtener una vacuna. Prueba de ello es que hay dos diseños, con conceptos diferentes. Uno es una vacuna inactivada utilizando otro virus que lidera nuestro conciudadano Mariano Esteban, de Villalón, amigo de mi hermano Óscar y mío, y otro es de una vacuna atenuada por delección de los genes que dan la patogenicidad a este coronavirus. Este proyecto lo lidera Luis Enjuanes, amigo y fundador de la Sociedad Española de Virología e Isabel Sola, con la que he tenido la oportunidad de compartir mesa científica en el Curso de verano de La Granda que lideró el profesor César Nombela.
Lo que falta en España es apoyo empresarial e institucional, además de económico, que permita continuar con los ensayos en humanos. Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y otros países están apoyando iniciativas de vacunas propias. La producción de vacunas humanas es una actividad que no está implementada en España que en cambio si tiene instalaciones para producir vacunas de animales. Este es otro aspecto a considerar.
P. ¿Pero se ha informado muy rápido, quizás, de que esa vacuna llegará antes de lo que es posible realmente?
R. De lo que se ha informado muy rápido es de los deseos para que esas vacunas lleguen pronto, de los avances e inicios de ensayos y de los compromisos de compra previos a la salida al mercado de la vacuna y de ahí se ha trasladado a los medios que este invierno habría ya vacunas para todos.
P. ¿Cuándo cree que podremos ponernos la vacuna aquí en España?
R. Depende de lo que se entienda por “ponernos”. Somos 47 millones y medio de españoles y aunque no se necesitará vacunar a toda la población el inicio de la vacunación se tendrá que realizar cuando las agencias regulatorias europeas y nacionales den el visto bueno a su seguridad y efectividad, después de pasar todos los controles. Habrá más de una vacuna y probablemente, como en la gripe, unas tengan mayor efectividad en determinados grupos de población. En todo caso eso podría suceder a partir del segundo semestre de 2021.
P. ¿Hasta cuándo estaremos en riesgo pandémico?
Mientras exista una proporción significativa de población vulnerable habrá riesgo de brotes u ondas epidémicas
R. Mientras exista una proporción significativa de población vulnerable habrá riesgo de brotes u ondas epidémicas. También dependerá de la duración y del tipo de inmunidad que generemos. Si la inmunidad no es esterilizante, como parece ser, es decir, la infección o la vacuna nos protege de la enfermedad grave pero no de ser portador o reinfectado por el virus, entonces estaremos más años en riesgo. Se trata de que el virus conviva mejor con los humanos que en definitiva es la evolución natural de muchas infecciones víricas respiratorias.
P. Los rebrotes no le habrán pillado por sorpresa.
R.En absoluto. Es la regla en las infecciones respiratorias. No existe ninguna infección vírica o bacteriana respiratoria que los humanos hayamos conseguido erradicar. Por ejemplo, la tosferina, una enfermedad conocida desde hace siglos, con una vacuna no esterilizante, y una inmunidad que desaparece con el tiempo. Se ven casos y brotes porque en los adultos y mayores se producen cuadros de tosferina que son atípicos. También puede darse en menores si no están vacunados o neumonías en ancianos.
P. ¿En qué consiste esa regla de las 6B que ha acuñado?
R. Cuando se inició la carrera autonómica por hacer obligatorio el uso de la mascarilla en todos los sitios, incluso en el campo al aire libre, pensé que las personas podían despistarse con la medida institucional que subyacía debajo. Fue una manera de recordar que, a pesar de la mascarilla, el contacto y la proximidad física, el relajo social, los despistes en el comportamiento como beber de otro vaso, comer de un mismo plato o ración, etc. son otros elementos de transmisión del virus. De una forma genérica hice una regla nemotécnica de 4B que publiqué en mi cuenta de Twitter (@DrLejarazu) y un seguidor me sugirió otras dos que eran muy reales. Así quedó en 6B; bodas, bautizos, banquetes, bares, botellones y barbacoas. Se pueden resumir con otra B, situaciones de barullo social, algo que adoramos los españoles.
P.Es menos letal, parece, el coronavirus ahora con respecto a marzo.
R. El virus ha infectado hasta ahora a población más joven, con menos riesgo de hospitalización pero ha pasado poco tiempo para asegurar que sea menos letal, aunque con el tiempo esa será la evolución natural del virus. Los virus que causan más asintomáticos y menos graves son los que más fácilmente se difunden. Ese es su “éxito biológico”. Hay cuatro coronavirus denominados “endémicos” porque circulan entre las personas desde hace mucho tiempo y tienen menor letalidad que este, probablemente porque el tiempo ha contribuido a ello.
P. ¿Cómo convivirán la gripe y el coronavirus?
R. Como el resto de infecciones víricas y bacterianas respiratorias. Hay más de 130 microorganismos que causan cuadros respiratorios de menor o mayor gravedad. Algunos circulan a lo largo de todo el año y otros solo en periodos estacionales como primavera, otoño o invierno. Ahora hay otros virus en la lista de responsables de neumonía grave, junto a la gripe, el virus respiratorio sincitial, los rinovirus, etc, etc.
P. Nos quedan aún meses difíciles en nuestro país.
Debemos adaptarnos para convivir con el coronavirus en España y en todo el mundo
R. Espero y deseo que no sean tantos meses, ni tan difíciles como los pasados, pero como he dicho en otros foros, debemos adaptarnos para convivir con el coronavirus en España y en todo el mundo. Es la primera pandemia que sufre la humanidad que no está causada por un virus de la gripe. Las anteriores han sido todas de gripe. La Gripe española 1918, la gripe Asiática 1957, la gripe Hong Kong 1968, la última de gripe A en 2009). En todas ellas, al cabo de un periodo de 14-16 meses, el virus se estacionaliza y produce solo una onda estacional anual. La inmunidad cruzada en muchas personas tiene algo que ver con eso.
El virus de la última pandemia de gripe A apareció en marzo de 2009 y se declaró el fin de la pandemia en agosto de 2010. Ese virus A/H1N1 continúa circulando cada invierno entre nosotros, pero en epidemias de no más de 8-10 semanas. Con el SARS-CoV-2 se tardará más tiempo en que suceda eso, distintas publicaciones han adelantado la posibilidad de brotes y ondas más o menos intensas hasta 2022 o 23. Las vacunas o la combinación de estrategias vacunales pueden ser clave para acortar ese periodo.