Hasta la fecha, Cruz Roja en Valladolid ha apoyado a más de 20.500 personas a través del Plan Cruz Roja RESPONDE frente a la COVID, lanzado el pasado mes de marzo. De ellas, unas 3.400, son personas mayores de 65 años.

Este es uno de los datos que se desprende del balance realizado por la Organización humanitaria en relación a su Plan RESPONDE, la mayor operación humanitaria de la historia de la Organización en cuanto a movilización de recursos, capacidades y personas. Este plan cuenta con la financiación de la Junta de Castilla y León, administraciones locales, provinciales y el apoyo solidario de la ciudadanía, entidades y empresas de la provincia.



Esto demuestra, por una parte, el compromiso continuado que Cruz Roja mantiene desde hace años con las personas mayores y, por otra, que la crisis sanitaria y socioeconómica generada por la COVID-19 ha golpeado especialmente a las personas más vulnerables.

Uno de los objetivos de Cruz Roja en su intervención con personas mayores durante estos meses de pandemia es el de tratar de reducir el aislamiento y la soledad, mejorando su autonomía.

Para ello, se ha intensificado nuestro contacto y el apoyo emocional con las personas mayores a través de la cobertura de necesidades básicas como la compra y entrega de alimentos y medicación. Por otra parte, se han realizado agendas de información (llamadas). Estas agendas o seguimientos son de dos tipos: de carácter social, para tranquilizarles, darles información básica y transmitirles el mensaje de que la Organización sigue estando a su lado para lo que necesite, poniendo en práctica las medidas adicionales oportunas, y agendas de salud, con información en medidas de prevención sobre la Covid-19.

Frente al impacto de la soledad



Cruz Roja lleva más de treinta años desarrollando programas destinados a este sector de la población con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas mayores en su proceso de envejecimiento, reduciendo las desigualdades de género identificadas y en nuevas áreas que hasta ahora no eran tan evidentes como la soledad, falta de autonomía personal, deterioro cognitivo, abuso o negligencia, la pobreza, etc. Y también en las circunstancias que les rodean (contexto social y familiar, coyuntura socioeconómica…etc.).

El impacto de la soledad y su tremendo coste humano y económico preocupan especialmente a Cruz Roja. Precisamente, uno de los compromisos que adoptó la Organización en su última Asamblea General hace referencia a “contribuir a romper el aislamiento y la soledad de las personas en situación de vulnerabilidad”. Es importante entender dos cosas: No todas las personas que están solas experimentan soledad, y hay muchas personas que se sienten solas estando acompañadas.

La labor de Cruz Roja para reducir la soledad y el aislamiento social involuntario se lleva a cabo mejorando su bienestar emocional y restaurando sus conexiones sociales a través del voluntariado. Más de 420 personas son voluntarias de Cruz Roja con personas mayores.

El voluntariado es fundamental para hacer frente y prevenir posibles situaciones de soledad y aislamiento, maltrato…, para influir sobre los hábitos saludables y la salud de las personas mayores, mejorar su autonomía, su activación a nivel cognitivo y para que las personas cuidadoras tengan acceso a los recursos necesarios para realizar su actividad de la mejor forma posible.

Gracias al voluntariado, Cruz Roja pudo atender en 2019 a más de 4.290 personas mayores.