La práctica del balonmano hace que sus jugadores presenten una elevada recurrencia lesional de la articulación del hombro y muestren altas tasas de dolor, especialmente durante la pretemporada. Por este motivo, Sergio Maroto Izquierdo y Ignacio González Díez, investigadores de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) de Valladolid, en colaboración con la Appalachian State University y el Instituto de Biomedicina de la Universidad de León, idearon un protocolo de entrenamiento de la musculatura del hombro para mejorar los valores de fuerza y reducir los desequilibrios existentes entre la musculatura anterior (generalmente más fortalecida por el propio gesto deportivo) y la musculatura posterior (generalmente debilidad y descompasada) y, del mismo modo, aumentar la masa muscular del hombro, la potencia muscular y la velocidad de lanzamiento.



El protocolo, realizado íntegramente en las instalaciones de Proporción A, se puso en marcha con jugadores profesionales de balonmano (Liga ASOBAL) pertenecientes al Club Balonmano Atlético Valladolid, implementando el entrenamiento de fuerza con 2 nuevas tecnologías no dependientes de la gravedad y muy distintas al entrenamiento tradicional con peso libre, aportando así un nuevo y más completo estímulo al entrenamiento de estos deportistas.



Para ello se dividió a los jugadores en 2 grupos, uno de los cuales entrenaba con dispositivos isoinerciales o "flywheel", que permiten generar más fuerza en la fase de frenado que en la fase de aceleración del ejercicio; mientras que el otro grupo utilizó resistencia neumática, la cual permite una resistencia constante en todo el movimiento independientemente de la velocidad de ejecución.



Tras 6 semanas de entrenamiento se observó cómo todos los deportistas mejoraron sus niveles de fuerza y potencia, tanto en la musculatura anterior como en la musculatura posterior, y redujeron significativamente la descompensación existente entre los rotadores internos y los externos, y, además, aumentaron la velocidad de lanzamiento.



Ambos grupos mejoraron la fuerza y potencia de rotación interna del hombro de manera similar (entre un 8 y un 22%), mientras que el grupo que entrenó con dispositivos de resistencia neumática mejoró la fuerza y potencia de rotación externa del hombro en mayor medida (23-61%) en comparación con el grupo que entrenó con dispositivos flywheel (17-38%).



“Estos grandes aumentos de fuerza y potencia se traducen en una reducción en el desequilibrio muscular observado entre los rotadores internos y externos del hombro de lanzamiento nuestros deportistas, algo que es un indicativo de riesgo lesional”, destaca Sergio Maroto. Además, cabe destacar que el grupo flywheel mostró mayores ganancias en la masa muscular del hombro en comparación con el grupo neumático (14-46% y 7-35%, respectivamente). Desde una perspectiva de rendimiento, ambos grupos mejoraron entre un 4-8% la velocidad de lanzamiento en diferentes situaciones específicas de balonmano.



Estos resultados suponen un importante hallazgo, ya que se asocian con un importante efecto preventivo sobre las lesiones en la articulación del hombro en deportes de lanzamiento (balonmano, voleibol, tenis, etc…) y sobre la optimización del rendimiento deportivo en estos deportistas.