Enrique Javier Díez Gutiérrez, profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de León (ULE), presentó el pasado mes de mayo una petición a la Unión Europea relativa a la reducción de ratio de estudiantes por aula y el consiguiente aumento del profesorado en todos los niveles educativos, especialmente ante la crisis COVID-19, que fue aceptada en aquel momento, publicada en septiembre y que ha sido recientemente abierta para que pueda recibir adhesiones. (Se puede acceder a través del siguiente enlace: https://cutt.ly/DhgdC9A) .

De acuerdo con las explicaciones de Enrique Javier Díez Gutiérrez, la Presidenta de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, Dolors Monyserrat, ha asegurado que la petición formulada “entra dentro de los ámbitos de actuación de la Unión Europea”, por lo que ha pedido a la Comisión Europea que “consideren la inclusión de la reducción de alumnos por aula y el aumento del número de profesores en todos los niveles educativos dentro del diseño del Espacio Europeo de Educación”.

El profesor de la ULE apunta que el derecho de petición “es un instrumento democrático que ofrece la posibilidad para dirigirse a las instituciones de la Unión y presentar reclamaciones y solicitar su intervención”. El Parlamento Europeo ha considerado siempre las Peticiones como un ‘elemento clave de la democracia participativa’. También ha subrayado su importancia para sacar a la luz los casos de aplicación incorrectas de la legislación de la Unión por parte de los Estados miembros. “De hecho, -explica Enrique Javier Díez-, no son pocas las peticiones que han dado lugar a una acción legislativa o política o a procedimientos de infracción, sobre todo en los ámbitos de los derechos fundamentales como es la educación”.

INCUMPLIMIENTO DEL PLAN BOLONIA

El objetivo principal de la iniciativa es exigir la reducción de la ratio del número de estudiantes por aula y el aumento consiguiente de profesorado en todos los niveles educativos de los países miembros de la UE. Para ello se citan las recomendaciones en materia de ratios de la Red de Atención a la Infancia de la Comisión Europea, que concluyen que en la educación infantil se requiere una persona especialista por cada 4 bebés de 0 a 12 meses (1 /4); 1/6 niños de 12 a 24 meses; 1/8 niños de 2 a 3 años; 1/ 15 niños de 3, 4 años y 5 años. Por su parte, en las enseñanzas obligatorias (de 6 a 16 años) las aulas no deberían superar los 20 estudiantes por grupo-aula para poder dar respuesta a la diversidad del alumnado y desarrollar una educación más inclusiva y personalizada.

En el ámbito universitario, el Plan Bolonia establecía que, para reforzar el trabajo individualizado en las aulas universitarias, hubiera un máximo de 30 estudiantes, y que a partir de 38 supondría la formación de un segundo grupo. La realidad constata que en la mayoría de Estados miembros esto no se cumple.

Por estos motivos, la petición señala que la reducción de ratios, una reivindicación histórica del sector educativo en toda la UE, se ha convertido en una medida “imprescindible con esta crisis para garantizar también la seguridad sanitaria de alumnado, profesorado y personal en los centros educativos”. En la línea de las medidas de distanciamiento físico dictadas por las autoridades para evitar contagios por la Covid-19, y que sólo se podrá conseguir a través de una acción común que incluya la reducción permanente de ratios en todos los niveles educativos.

La medida ha de ser acompañada de la inversión pública necesaria en todos los Estados miembros de la UE para articular un aumento sustancial en la plantilla de profesorado permanente para que se garantice, tanto la seguridad, como la inclusión y la calidad de la enseñanza y se eviten situaciones de desigualdad en el acceso a la educación o situaciones de falta de recursos para emprender el curso 2020/2021 con las garantías necesarias.

LA EDUCACIÓN HA DE SER UNA PRIORIDAD

Enrique Javier Díez explica que el tamaño de la clase “afecta a la cantidad de tiempo y atención que un profesor o profesora puede dar a sus estudiantes de forma individualizada, así como a las dinámicas sociales de interacción y aprendizaje entre los estudiantes”. Por ello, la reducción de la ratio de alumnos es una medida positiva no solo para personalizar la educación de todos los estudiantes, sino para dar respuesta inclusiva a la diversidad creciente en las aulas, y especialmente para el alumnado con más dificultades. También es positiva para los y las docentes por la carga de trabajo y la atención que pueden realizar de forma individualizada.

“El único cuestionamiento que se plantea a esta medida, -señala el profesor de la ULE-, es de carácter económico: su coste. Pero si la educación es uno de los pilares del futuro de nuestra sociedad, debe ser también una de las prioridades de nuestra inversión”.

Hay que apuntar finalmente que la petición está abierta al apoyo y adhesión a la misma siguiendo las indicaciones del siguiente enlace: https://cutt.ly/DhgdC9A. Cualquier persona se puede adherir a ella y también pueden hacerlo organizaciones o instituciones ya que cuantos más apoyos recabe, más posibilidades tendrá de salir adelante.