Miriam Badiola / ICAL

A mediados de los años 80, cuando se esperaba la llegada del cometa Halley para 1986, surge en toda España un movimiento de expansión de la astronomía a nivel de aficionados, de manera que se empiezan a crear diferentes asociaciones, entre las que se encuentra la Asociación Leonesa de Astronomía, bajo la iniciativa de José María Pérez Gómez de Tejada, profesor de matemáticas en el Instituto Padre Isla, donde había ya un observatorio astronómico por iniciativa suya.

Así, Pérez Gómez de Tejada, junto con otras personas, se lanza en 1985 a crear algo relacionado con la astronomía a nivel aficionado, dando lugar el 25 de octubre a la fundación de la Asociación Leonesa de Astronomía, en cuyos primeros años la actividad es paralela al observatorio del IES Padre Isla, donde se desarrollan gran parte de las actividades.

No obstante, algunas de las actividades ya empezaron a salir del centro educativo, de manera que la primera grande es una exposición sobre el planeta Halley que se celebra en el Edificio Pallarés de la capital en 1987 y sirve de pistoletazo de salida para la Asociación, que comienza a expandirse con actividades, noches de las estrellas, observaciones en el Monte de San Isidro y ciclos de conferencias, a lo que se suma en 1990 la creación de la revista Leo para los socios.

Sin embargo, el culmen llega el 12 de septiembre de 2000, momento en el que la Asociación organiza las XIV Jornadas Estatales de Astronomía, ahora conocido como Congreso Estatal de Astronomía, que se celebraron en la ciudad de León y que sirvió para inaugurar el Observatorio Astronómico Municipal de León Pedro Duque, inaugurado por quien ahora es ministro de Ciencia e Innovación.

Un hito que a día de hoy permanece en la mente de todos quienes formaban parte de la Asociación hace 20 años, ya que “permitió pasar de ser nómadas e ir con el telescopio a cuestas a tener la comodidad de disponer de todo en el mismo sitio, algo así como un centro de operaciones”, de manera que “además de contar con el observatorio puro y duro con cúpula con un telescopio principal, también cuenta con oficina, salón de actos y un pequeño almacén”, lo que permite “tener todas las cosas centralizadas”.

Divulgación

Hoy, 35 años después, la Asociación Leonesa de Astronomía está presidida por José Vicente Gavilanes, que pertenece a la misma desde el año 2004 y asegura que “ahora se hacen más actividades para el púbico que hace 15 años”, aunque “quizá existan menos grupos de trabajo”, ya que por ejemplo ha desaparecido “uno dedicado a ocultaciones, es decir, pasos de objetos por delante de estrellas”.

Un grupo dedicado a ocultaciones que ha permitido que “en la definición de algún astro aparezca citada la Asociación Leonesa de Astronomía como colaboradora como, por ejemplo, para medir asteroides”, para lo que se mide la ocultación de una estrella por dicho asteroide desde diferentes puntos del mundo y dependiendo del tiempo que tarde en pasar se puede definir su forma, tamaño o distancia.

No obstante, el principal objetivo que persigue ahora la ALA es la divulgación, una de las funciones “más importantes”, que permite “dar a conocer la astronomía”, de manera que “cada vez que se organizan actividades, observaciones o congresos se suelen llenar y quedar gente con lista de espera”.

En este sentido, el vicepresidente de la Asociación, Paul Llamazares, considera que en los últimos 35 años la Asociación “ha pasado de tener varios grupos de investigación y menos divulgación a tener menos socios pero cada vez hacer más cosas para el público”.

Viernes a viernes

Los miembros de la Asociación Leonesa de Astronomía se reúnen cada viernes en el Observatorio cuando se hace de noche para “pasear por el cielo”, es decir, “reconocer las constelaciones ayudados de punteros láser”, así como observar objetos de cielo profundo que no se ven a simple vista, “aunque debido a la ubicación no sea el mejor cielo por la contaminación lumínica”.

“Como el cielo mensual va cambiando poco a poco todo el año tenemos objetos nuevos”, explica Gavilanes, quien recuerda que el pasado año “tuvimos el resto de una supernova, llamado M1, y que pudimos verla pero ya no se ve”.

En definitiva, el presidente de ALA lo tiene claro. “Cuando nos reunimos nos centramos en lo que nos interesa, que es el cielo, las estrellas, las constelaciones, la luna, etc.”, apunta. Por su parte, Llamazares explica que “hay dos formas de ver las cosas, o poner los datos en el telescopio y que te lo busque solo o buscarlo tú en un telescopio manual, algo que es mucho más emocionante porque hay veces que no lo encuentras”.

La Asociación Leonesa de Astronomía también cuenta con una publicación propia dirigida para los socios de la misma. Se llama Leo, se publica de manera trimestral y, según explica su coordinador, Xuasús González, “sirve para mantener un vínculo con los socios, que pueden hacer sus propias aportaciones, así como estar informados de la actividad diaria de la Asociación a través de la sección de noticias”.

Con 132 números a sus espalas, la revista Leo cuenta también con una sección fotográfica en la que participan socios y algún artista invitado y entre sus páginas ha llegado a albergar artículos del propio Pedro Duque.

Doble aniversario

En este año 2020, concretamente en el mes de octubre, la Asociación cumplió 35 años desde su fundación, al mismo tiempo que en el mes de septiembre el Observatorio cumplió 20 años desde que Pedro Duque, quien le da nombre, acudiera a inaugurarlo.

Sin embargo, habrá que esperar otros cinco años más, cuando ALA llegue a los 40 y el edificio al cuarto de siglo, para que se produzca la gran celebración. No obstante, “siempre se hacen cosas”. Por ejemplo, Llamazares y Gavilanes recuerdan que el pasado 12 de septiembre se reunieron en el Observatorio para celebrar su inauguración mirando al cielo, lo que permitió incluso observar Urano, que no es perceptible a simple vista.

Un mes de septiembre al que se llegó después de “la temporada alta”, porque en los meses de verano es cuando la Asociación desarrolla más actividades, de forma que durante esta época estival llegaron a celebrar incluso 15 observaciones en lugares como Babia, Villablino, la Cueva de Llamazares, La Vecilla o Almanza, entre otros lugares.

Partido a partido”

“Cuando le hablas a un aficionado de astronomía del futuro, piensa en millones de años, de hoy a mañana no sabemos qué va a ser de la tierra, así que el año que viene será como este, porque en el diario de noticias cósmico no ha salido nada de la pandemia, el universo no se ha enterado”, apunta José Vicente Gavilanes al plantearse el futuro de la Asociación que preside.

Sin embargo, sí tiene presente que 12 de agosto de 2026 tendrá lugar un eclipse de sol total visible desde León, “un espectáculo de los que ocurren en la vida del hombre unas tres veces, de las cuales una eres muy pequeño y otra muy mayor, así que tienes que aprovechar la restante”.

Por su parte, Xuasús González parafrasea a Cholo Simeone al decir que “partido a partido” y, finalmente, Paul Llamazares se muestra seguro de que “se seguirán haciendo observaciones en verano y se dará alguna vuelta de tuerca para que no se hagan repetitivas y sean distintas”, siempre con el objetivo de “disfrutar del tiempo libre más allá de aprender de astronomía”.