Castilla y León contabilizó en 2020 al menos 16 asesinatos, cifra que duplica a los registrados en 2019 y que se convierte en la más elevada del último lustro. Habría que remontarse a 2013, cuando se contabilizaron 19 homicidios dolosos en la Comunidad para encontrar un año tan violento.
Sin lugar a dudas, uno de los asesinatos que más conmocionó a la opinión pública fue el de un bebé recién nacido al que sus padres, una mujer de 23 años y un hombre de 29, lanzaron al río Carrión en la localidad de Husillos (Palencia) en el mes de febrero. El informe forense desveló que la niña había nacido viva y en perfecto estado y que fue arrojada al río dentro de una bolsa de viaje.
Días antes, un joven de 27 años, conocido como ‘El Chispi’, era asesinado a tiros a plena luz de día en Salamanca mientras paseaba con su hija en brazos. El suceso tuvo lugar a la altura del número 10 de la calle Maestro Soler, en los límites de los barrios de San José y El Tormes, tras un enfrentamiento por un posible ajuste de cuentas. El fallecido acababa salir del Centro de Inserción Social de Salamanca, dependiente de la cárcel de Topas, mientras que su padres están en prisión desde 2017 por su supuesta relación con el asesinato, en 2013, de una mujer en el barrio de Pizarrales de la capital salmantina, que apareció muerta con un golpe en la cabeza y varias puñaladas en su propia casa, que era considerada como un punto de venta de drogas.
Otro episodio violento se vivió en la localidad berciana de La Silva (León), perteneciente a Villagatón, donde un hombre de 45 mató a su madre de 71 años. Fue el propio asesino el que alertó a la Guardia Civil y pidió a los agentes que acudieran a su domicilio porque acababa de estrangular a su madre.
Además, en mayo apareció muerto en Laguna de Duero (Valladolid) un joven de 18 años con signos de violencia y con un fuerte golpe en la cabeza. A falta de confirmación oficial, el último asesinato tuvo lugar hace unos días en la capital abulense, donde un anciano apareció muerto en su domicilio con claros signos de violencia. Antes, la Policía Nacional había encontrado a su hija, también muerta, en el patio de luces del edificio, al que se arrojó en lo que parece un claro suicidio, dado que los agentes encontraron en la vivienda una nota en la que la mujer confirmaba su intención de quitarse la vida.
Violencia machista
Mientras tanto, la cara más cruel de la violencia machista se vivió en la localidad segoviana de La Granja. Alina Erica, una joven de 37 años de origen rumano y madre de un hijo de 16 años, falleció a manos de su expareja en plena calle, en la rotonda ubicada frente a la Puerta Segovia, de acceso a la Plaza España, en el centro histórico de La Granja. El agresor, de 42 años, asestó varias puñaladas con un arma blanca la víctima que quedó tendida en el suelo, y luego se autolesionó, falleciendo a los pocos días en el hospital de Segovia.
Días antes del fatal apuñalamiento, Ana, como era conocida en La Granja, había alertado a la Guardia Civil de que tenía problemas con su expareja, pero no presentó ninguna denuncia ni hizo referencia a amenazas o malos tratos.
El coronavirus también tuvo sus efectos en esta lacra, y aunque durante el confinamiento descendieron las denuncias registradas en Castilla y León, hasta un 14 por ciento en el primer semestre, todo lo contrario ocurrió con las llamadas al teléfono 016, que en ese periodo se dispararon un 40 por ciento.
Tráfico
Las carreteras mantuvieron su dramática sangría y a pesar del confinamiento y de la notable reducción del volumen de tráfico entre los meses de marzo y junio, apenas se redujeron las víctimas con relación a 2019. Los siniestros más dramáticos tuvieron lugar en verano. En el mes de julio tres mujeres fallecieron tras ser atropelladas por un turismo en la N-620, cuando paseaban por el arcén de la travesía de Pedrosillo el Ralo, dentro del término municipal de Gomecello (Salamanca).
Semanas después, ya en agosto, un varón de 37 años y dos niñas de 10 y 12 años perdían la vida en accidente en la BU-733, a la altura de la residencia San Miguel del Monte de la localidad burgalesa de Miranda de Ebro, donde colisionaron de forma frontal dos turismos.
Hasta el pasado 20 de diciembre, un total de 88 personas habían perdido la vida en las carreteras de la Comunidad, cinco menos que en el mismo periodo de 2019. Esta caída del 5,4 por ciento contrasta con la del 20 por ciento del conjunto del país, donde hasta esa fecha habían muerto en accidentes de tráfico 846 personas, frente a las 1.055 del pasado año.
Marihuana
Por otro lado, el estado de alarma y el confinamiento también influyeron de manera determinante en el narcotráfico, hasta el punto de producirse un desabastecimiento en los principales mercados de droga de Castilla y León, dada la imposibilidad de los narcos de realizar viajes para su adquisición. Sólo la marihuana, por ser una sustancia que en mayor o menor medida se cultiva en toda la Comunidad, permaneció al margen de esta situación y no vio encarecer su precio como el resto de estupefacientes debido, entre otras razones, a la proliferación de las plantaciones por toda la Comunidad. Una de las operaciones más importantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado culminó a finales de agosto en Cabezón de Pisuerga (Valladolid), donde se descubrió en una nave un vivero de cannabis con más de un millar de plantas.