Castilla y León registró hasta mediados de diciembre, 35.649 defunciones, lo que supone un incremento respecto al año anterior de un 27,1 por ciento, una cifra que se traduce en 7.615 fallecimientos más. El exceso de mortalidad en la Comunidad, fue muy superior en términos relativos a la media nacional, donde se contabilizaban hasta la semana del 14 de diciembre, la 51, últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE), 481.877 defunciones, con un aumento del 18,5 por ciento respecto a 2019. Los datos evidencian los efectos que la pandemia por el COVID-19 ha tenido en la Comunidad en el año que acaba de finalizar.
Del total de fallecimientos, según estas mismas fuentes, 19.201 fueron hombres y 16.448 fueron mujeres. El exceso de mortalidad, por su parte, hizo especial mella entre los varones, ya que de los 7.614 fallecidos más en el último año, 5.010 fueron hombres mientras que las 2.605 personas restantes fueron mujeres.
Por edades, los principales efectos de la mortalidad, en buena medida por culpa de la pandemia por el coronavirus se dejaron notar entre las personas de mayor edad. De hecho, los mayores de 90 años que fallecieron el año pasado fueron 11.831, es decir, 2.578 más que un año antes. Una tendencia parecida ocurre entre los mayores de entre 85 y 89 años. En este segmento de población perdieron la vida 8.337 personas (1.901 más que un año antes) y entre las personas de 80 y 84 años, que fallecieron en un número de 5.044, padecieron un exceso de mortalidad en 1.099 personas.
A medida que disminuye la edad de la mortalidad registrada en Castilla y León, cae también el exceso de fallecimientos registrados. Entre personas de 75 y 79 años fallecieron 3.210 personas (814 más); el número de muertes de entre 70 y 74 años fue de 2.282 (508 más); en el caso de personas de entre 65 y 69 años fallecieron 1.649, es decir, 312 más que un año antes; y entre las personas de 60 y 64 años perecieron 1.215 (105 más). Además, el exceso de mortalidad de forma generalizada se frena a partir de los 40 años, cuando el número de defunciones fue el mismo que el año pasado, con un total de 140.
Por provincias, el exceso de mortalidad es generalizado en todas las provincias de Castilla y León. Sin embargo, la provincia más castigada ha sido León, con 1.666 muertes más que un año antes, hasta llegar a las 7.668, lo que supone un 27,7 por ciento más. Le sigue Valladolid, con 1.451 muertes más, hasta alcanzar las 6.274 (un 30 por ciento más) y Salamanca, con 1.371 muertes más que un año antes, con lo que la cifra total de fallecidos en la provincia salmantina alcanza los 5.347 (un 34,5 por ciento más).
Por debajo del millar en lo que a exceso de mortalidad se refiere se sitúan Burgos, con 927 personas más, con lo que el balance del año pasado deja un total de fallecidos de 4.701 (un 24,6 por ciento más); 759 fallecidos más en Segovia, hasta llegar a los 2.413 (un 45,9 por ciento más); 426 en Ávila, que cerró el año con 2.405 fallecidos (un 21,5 por ciento más); 388 en la provincia de Soria (1.501 y un 34,9 por ciento más); 367 en Palencia, con un total de 2.447 fallecidos (un 17,6 por ciento más) y, en última posición se sitúa Zamora, con 260 fallecimientos más el año pasado hasta llegar a los 2.893 (un 9,9 por ciento).