Juanma de Saá
Cáritas Diocesana de Zamora inauguró hoy la Casa Betania, su nuevo centro para personas sin hogar, en el que la organización católica ha invertido 1,2 millones de fondos propios y que cuenta con 16 habitaciones y capacidad para 29 personas.
El obispo de Zamora, Fernando Valera, bendijo la nueva instalación y destacó que Cáritas Diocesana “tiende la mano a los más pobres y desheredados” de la sociedad. “Es una casa que hoy inauguramos al servicio de los más pobres de nuestra sociedad, para las personas que no tienen hogar. En España hay más de 40.000 y, en Zamora, es un lugar que tiene cabida para 29 personas. Cada día se dan más de 50 comidas a personas que lo necesitan y que vienen puntualmente”, señaló.
Monseñor Valera Santos hizo estas declaraciones a las puertas de la Casa Betania, ubicada en la calle Sor Dositea Andrés, junto con el delegado-director de Cáritas Diocesana de Zamora y presidente regional de la organización católica, Antonio Jesús Martín, y la directora del nuevo centro de acogida, María León.
Antonio Jesús Martín incidió en que, en la actualidad, Cáritas de Zamora no tiene conocimiento de que haya personas viviendo en la calle en la ciudad, especialmente, debido a las restricciones de movilidad provocadas por la pandemia de coronavirus y por las inclemencias meteorológicas.
“Si hay alguien en la calle es porque, libremente, lo quiere estar y no podemos presionar. El número de personas de paso ha disminuido mucho con la pandemia y han tendido a quedarse en donde estaban. La calles muy dura y están recogidos en muchas de las casas que Cáritas y otras entidades tenemos”, señaló.
Por lo que se refiere a la Casa Betania, Martín de Lera recalcó que “supone una atención más digna a las personas” y apostilló: “Para Cáritas, la persona tiene una dignidad que, como hija de Dios, no puede perder nunca”.
Fondos propios
La inversión en la Casa Betania ha corrido a cargo de fondos propios de Cáritas Diocesana de Zamora; 200.000 euros, procedentes de Cáritas Española, a través de una subvención procedente de Loterías del Estado, y un millón de euros, de aportaciones privadas, concretamente, de una herencia cedida a Cáritas con la indicación de que fuera destinada a personas sin hogar. “Las administraciones públicas no han aportado nada”, puntualizó el delegado de la organización.