La madre del niño indemnizada por los daños sufridos tras una resonancia: "El dinero ya no le soluciona nada"
La madre del niño que en diciembre de 2012 sufrió graves daños tras una resonancia magnética realizada en una clínica radiológica de Valladolid, hechos que han llevado a la Justicia ha otorgarle una indemnización de 600.000 euros, ha mostrado este martes su satisfacción a medias: "¡En esta situación, el dinero no le soluciona nada!"
De esta forma ha valorado la progenitora del niño, de 16 meses el día de la prueba y hoy de nueve años, el fallo judicial obtenido a través de la Asociación 'El Defensor del Paciente' tras duros años de batalla legal a la que ha puesto fin ahora la Audiencia de Madrid, ratificando el fallo anterior del Juzgado de Primera Instancia número 91 de la capital de España que impone la referida indemnización a la aseguradora del anestesista que sedó a Adrián.
La madre, Ana María P.G, en declaraciones a Europa Press desde su puesto de trabajo como agente de la Policía Nacional en Valladolid, tiene por lo menos el consuelo de poder decir que no estaba desencaminada cuando decidió iniciar la lucha.
"Cuando el abogado te llama y de dice que has ganado, lo primero que piensas es que, por lo menos, tenía razón; sin embargo, cambiaría todo ese dinero por que mi hijo estuviera igual que antes de la resonancia. En esta situación, el dinero ya no le soluciona nada", ha lamentado Ana María en referencia a que desde lo ocurrido su hijo, que se sometió a la prueba para ver el grado de afección de su síndrome de Angelman, ha sufrido graves consecuencias en sus funciones motoras.
"Desde aquello ya no es capaz de caminar, no puede sujetar el tronco ni la cabeza", relata la madre, quien explica que antes de pasar por la clínica radiológica su hijo presentaba una especie de autismo provocada por el síndrome de Angelman con el que nació--es una afección del cromosoma 15--y que ya empezó a sospechar durante los primeros meses de vida del bebé por los problemas que tenía éste para conciliar el sueño.
"En su día el pediatra le quitó importancia y me dijo que el problema es que yo era primeriza y no sabía dormir al niño", apunta Ana María, que tras mucho insistir y ver que la falta de atención de su hijo no era normal decidió realizarle una resonancia en la clínica vallisoletana.
Respecto del día de los hechos, la mujer recuerda que estuvieron con el niño más de treinta minutos y que a la conclusión de la prueba les dijeron que había sufrido una parada de unos treinta segundos, a la que quitaron importancia. No obstante, fue preciso trasladar al niño hasta el Clínico Universitario, donde ingresó en coma y permaneció hospitalizado durante unos cuarenta días.
Fue al abandonar el centro cuando los padres decidieron trasladarle hasta el Hospital del Niño Jesús de Madrid, donde los facultativos concluyeron que el niño había sufrido una parada de unos diez minutos y que ello había causado una falta de oxígeno al cerebro, de ahí que los padres decidieran llevar los hechos al juzgado.
Aunque la sentencia ha otorgado a los padres una indemnización de 600.000 euros, hay pendiente en el Supremo un recurso que podría reconocer en favor de los demandantes otra cantidad similar en concepto de los intereses devengados desde el día de lo ocurrido, según ha explicado Ana María.