La contaminación atmosférica real de las ciudades de Castilla y León no se refleja en las estaciones oficiales, así lo confirma Ecologistas en Acción tras realizar una campaña de medición de la contaminación con aparatos homologados en siete ciudades de CyL. Entre ellas Zamora es la única ciudad de Castilla y León en la que no se ha superado el valor límite anual de NO2 -dióxido de nitrógeno- en el periodo muestreado, aunque coincidió con elevadas precipitaciones de la primera quincena del mes de noviembre y una menor movilidad por la crisis de la COVID-19, detectándose el nivel más alto en la Calle Alfonso IX, con 36 μg/m³, frente a los 21 μg/m³ del medidor de la estación oficial, situado en los jardines de la Calle Villalpando. En cambio, las zonas peatonalizadas, como la calle Santa Clara y la Plaza Mayor, son las que registran los niveles más bajos de NO2, lo que demuestra que el tráfico es el principal responsable de la polución urbana.
En este estudio la evaluación se centra en el dióxido de nitrógeno (NO2), cuyo origen principal son los vehículos de combustión interna, por lo que está directamente ligado al tráfico motorizado. El valor actual de 40 microgramos por metro cúbico (µg/m3) de media anual, fijado en las Directrices de la OMS para proteger a la población de los efectos nocivos para la salud del NO2 gaseoso, no ha cambiado respecto al recomendado en las directrices anteriores.
Medidores instalados en farolas
A lo largo de tres semanas consecutivas del mes de noviembre pasado, se han llevado a cabo una toma de datos con medidores adquiridos a un laboratorio acreditado de Cataluña en las calles con más tráfico de la ciudad y en las áreas peatonales. En el caso de Zamora, los medidores fueron instalados en farolas de la ciudad por tres personas voluntarias formadas por la organización, a una altura aproximada de 3 metros y respetando el resto de criterios legales en la toma de estos datos (distancia a grandes cruces, edificios y calzadas, ausencia de obstáculos, etc). Para la elección de los emplazamientos, se han tomado como referencia del tráfico urbano los mapas de ruido de la ciudad, buscando los puntos más ruidosos y congestionados, así como algunos peatonales.
El contaminante analizado, el dióxido de nitrógeno (NO2), emitido por el tráfico urbano (sobre todo por los vehículos diésel), es un gas tóxico que en el cambio de siglo registraba en las ciudades de Castilla y León niveles muy elevados, por encima de los límites legales entonces vigentes
La contaminación real no se refleja en las estaciones oficiales
No obstante, Ecologistas en Acción ha podido comprobar que la situación real de la contaminación atmosférica en las ciudades de Castilla y León es muy diferente de la “excelencia” que publicita el Gobierno de Castilla y León. Las estaciones oficiales orientadas al tráfico registran de promedio la mitad del NO2 que en las calles con más circulación de automóviles, en cada ciudad. En el caso de Zamora el contraste no es tan acusado, pero está en la misma línea, como puede verse en el gráfico.
En este sentido, EEAZ recuerda que el primer criterio legal de ubicación de las estaciones de medición es implantarlas en “las áreas situadas dentro de las zonas y aglomeraciones que registren las concentraciones más altas a las que la población puede llegar a verse expuesta”. Regla que a la vista de los resultados de la campaña estaría siendo incumplida por la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid.
La quinta parte de los medidores analizados han superado durante el mes de noviembre el valor límite anual de NO2, establecido por la normativa en 40 microgramos por metro cúbico (μg/m³). El nivel más alto de contaminación se ha detectado en el Paseo de Canalejas de Salamanca, con 69 μg/m³, frente a los 27 μg/m³ del medidor de la estación oficial.
La segunda peor situación se ha registrado en Valladolid, en la calle Nicolás Salmerón, donde el medidor marcaba 64 μg/m³, siendo 10 los medidores donde se ha superado el valor límite legal, entre los 30 instalados.
En Burgos, León, Palencia y Segovia también se han registrado mediciones superiores al valor límite anual de NO2.