Todos somos conscientes de que la vejez es una etapa de la vida en la que acontecen una serie de pérdidas que facilitan la aparición del sentimiento de soledad. Así, V. Madoz en '10 palabras clave sobre los miedos del hombre moderno' , describe la soledad como el "convencimiento apesadumbrado de estar excluido, de no tener acceso a ese mundo de interacciones, siendo una condición de malestar emocional que surge cuando una persona se siente incomprendida o rechazada por otros o carece de compañía para las actividades deseadas, tanto físicas como intelectuales o para lograr intimidad emocional".
Los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que el colectivo entre el que más se incrementa la soledad no deseada es el de las personas de 65 o más años que viven solas. Son casi 2 millones en España, de los cuales el 41,7% corresponden a los hogares unipersonales.
La mayoría de las personas mayores que viven solas, nada menos que el 60%, ha confesado que tiene sentimientos de soledad y aislamiento como veremos después en el ámbito geográfico de Salamanca capital. Las mujeres de 65 años son las principales perjudicadas por la soledad. Según el INE, de esas mujeres, el 39,6% de las mayores de 85 años viven solas frente al 25,9% de los hombres de esa edad, de ellas, además, el 76,9 por ciento de las mujeres mayores que viven solas son viudas, frente al 43,2 por ciento de los hombres.
Para hacer frente a estas situaciones de salud, mentales y sociales, el Ayuntamiento de Salamanca puso en marcha no hace un mes el Servicio Salamanca Acompaña, un programa que, con la ayuda de todos los ciudadanos, pretende identificar a aquellas personas mayores de 60 años que sufren de soledad no deseada para mejorar dicha situación con una correcta identificación, evaluación y atención. Un programa novedoso en Castilla y León cuyo contenido se ha acrecentado con la pandemia de Covid-19, ya que son centenares las personas que viven "una mayor soledad propiciada por esta situación sanitaria de pandemia por Covid-19", asegura a Noticiascyl la coordinadora del Servicio, Gema Conde. Una situación, por cierto, que se puede trasladar a cualquier pueblo o ciudad de la región.
Este innovador servicio fue puesto en marcha el pasado 21 de enero por el Ayuntamiento de Salamanca, y es tal la necesidad del mismo que, desde esa fecha, ya han recibido 250 llamadas de personas comprendidas, principalmente, entre los 65 y 90 años, que viven en una situación de soledad, sin familiares, sin recursos, en los que la pandemia de Covid "es un elemento más" pero con "mucha importancia" porque la situación de pandemia y "el miedo al contagio" los ha aislado aún más en su mundo y su vivienda. Cuentan desde el Servicio de Salamanca Acompaña que, en algún caso, cuando han querido acudir al domicilio del mayor a hacerle compañía "se ha negado, lo quieren por teléfono, por miedo a contagiarse".
Es la otra parte de las consecuencias de la pandemia que no se conocen, que no salen en los medios. El momento que viven estas personas adultas es "anímicamente preocupante, con sentimientos de tristeza, trastornos de ansiedad, depresión...", explica Conde. Asimismo, esta soledad no deseada se relaciona con un mayor consumo de alcohol, una frecuencia superior de ansiedad y peor calidad del sueño. Pero también, al contrario, en otro grupo de estas personas se encuentran "ganas de hacer cosas, de una necesidad de actividad creciente, quieren emplear su tiempo en algo" y no pueden por la pandemia de coronavirus.
La edad también marca la diferenciación de los problemas sociales y mentales de los mayores. Así, entre la franja de 65-75 años es donde se dan más problemas psicológicos, como la tristeza, la ansiedad y la depresión. Mientras que los mayores con edades entre los 75-90 años echan en falta la realización de actividades y capacidades y, sobre todo, la falta de familiares. Aunque, en ambos grupos, el problema se acrecienta "enormemente" cuando ha fallecido por el Covid-19 algún familiar, amigo o allegado, lo que conduce también al "miedo y al aislamiento consciente".
El Servicio Salamanca Acompaña ya ha realizado un total de 157 actuaciones, entre visitas al domicilio y las llamadas "de ocupación", que no más que hacer compañía. Estas situaciones, desde el 21 de enero hasta la fecha actual, se han repartido por toda la ciudad, aunque, explica Gema Conde, sobre todo en barrios como Garrido Norte, San Bernardo y Prosperidad. Mayores que necesitan compañía en los cuales no se distingue el rango económico, porque los hay de pensiones bien altas hasta quienes cobran el mínimo.
Intervenir en las situaciones detectadas
Gema Conde, coordinadora del Servicio Salamanca Acompaña
Desde esta perspectiva de servicio público, los objetivos se dividen en tres acciones. El primero es prevenir las situaciones de soledad no deseada en personas mayores a través de la detección de los factores de riesgo. La segunda es la detección de los indicadores de la existencia de esas situaciones de soledad en personas mayores y realizar la preceptiva valoración y, por último, la intervención en esas situaciones detectadas con acciones individuales, grupales y acciones comunitarias.
Normalmente, las acciones se realizan en el propio domicilio del mayor en soledad, con acompañamiento en muchos casos, aunque, también existen aquellas personas que "por el miedo al contagio del virus" no desean recibir a nadie y piden acompañamiento por teléfono. Es la típica frase "mejor me llaman". Para ello, existe un servicio de atención y recepción con el teléfono gratuito 900 37 40 50 que atiende las llamadas y también asiste en los momentos de soledad a distancia.
Aseguran desde este Servicio Salamanca Acompaña que, en la mayoría de las ocasiones, son personas que llevan mucho tiempo sin relacionarse con nadie. Mayores que tienen mucho miedo al Covid y los problemas derivados de situaciones en las que ha fallecido algún familiar, amigo, vecino o conocido por Covid-19, "y eso afecta mucho", indica Gema Conde.
En casos más problemáticos de salud mental como depresión, los servicios de Salamanca Acompaña derivan al Servicio Municipal de Atención Psicosocial o, en su caso, a un especialista.
En definitiva, la soledad es un sentimiento que, vivido durante la vejez, puede llegar a representar importantes dependencias de tipo social, funcional, cognitivo y desencadenar problemas de salud que pueden causar dificultades en la vida cotidiana de quienes las padecen.