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Madera de luthier: el viaje de Pablo de Londres a Valladolid pasando por Bilbao

18 febrero, 2021 09:06

La Real Academia de la Lengua (RAE) define el término luthier como la persona que construye o repara instrumentos musicales de cuerda, pero detrás de Pablo Sanz Aceves, palentino de nacimiento y vallisoletano de adopción, de 31 años, y amante de la montaña y de tocar la batería, hay mucho más. Sobre todo un minucioso y delicado trabajo y también un amor por la música que viene de muy atrás.

“Desde muy pequeño he tenido facilidad para trabajar con las manos. Me pasaba el rato copiando dibujos minuciosamente y buscando la perfección en cada trazo realizado. A esa habilidad se le sumó mi gran pasión, que es la música”, nos cuenta, a nuestra llegada a su taller ubicado en la Plaza del Viejo Coso de la capital del Pisuerga, comenzando a relatarnos su historia.

Pablo estudió en la Escuela de Arte y el Conservatorio de Música de Palencia y, tras varios años, su “creciente interés por la artesanía y la música le llevó a encontrar su vocación”. Tras instalarse en Bilbao, ingresó en la Escuela de Luthería BELE para formarse como luthier especializado en cuerda frotada por lo que la fabricación y la restauración, unidas a la acústica de los instrumentos le ocuparon los siguientes 4 años.

“En mi caso no creo que elegir la profesión de luthier fuese una elección porque más que la razón intervino la pasión. Era algo que sentía que tenía que hacer”, asegura nuestro entrevistado antes de apuntar que la búsqueda de nuevas metas hizo que, gracias a una beca, pudiera trasladarse a Londres donde Philip Ihle le aceptó en su taller colaborando en la construcción de sus instrumentos entrando en contacto con piezas exclusivas.

“De pasar por un taller como el de Philip me quedo con muchos momentos pero uno que era muy habitual y que define el ambiente que se respiraba en el taller era cuando nos motivábamos con retos de rapidez en los trabajos de construcción mientras escuchábamos vinilos de los 60 y los 70”, confiesa Pablo.

Tras este paso por la capital londinense, seis meses en el taller Jardón Rico, en Áviles, donde nuestro protagonista nos confiesa que “aprendió mucho tanto con Roberto Jardón como con Fernando Fernández, o Luís Campa” centrando su trabajo en “todo tipo de ajustes y reparaciones”.

Tras cinco años de inmersión en el oficio de luthier, aprendiendo, formándose y recopilando experiencias bebiendo de grandes profesionales del gremio, Pablo Sanz Aceves ha abierto su propio taller, tras regresar en el año 2020 a Castilla y León, y en concreto a Valladolid.

Me encanta mi trabajo por completo. Enfoco cada encargo como un reto y es lo que me tiene enganchado”, afirma. “Mi forma de trabajar y entender el oficio me lleva a seguir formándome continuamente asistiendo a distintos cursos y compartiendo conocimientos e ideas con otros compañeros de profesión y músicos buscando siempre la excelencia en cada trabajo y la honestidad hacia el cliente”, añade.

Pablo es un luthier especializado en instrumentos de la familia del violín y los vende tanto para amateurs como para profesionales siendo puestos a punto en el taller. También realiza reparaciones, restauraciones, ajustes y fabrica de forma artesanal dichos instrumentos.

“En cuanto al deseo futuro pasa por ver que todos seamos conscientes de lo necesario que es fortalecer la cultura y el arte. El objetivo, construir un cuarteto de cuerda durante el próximo año”, nos cuenta un trotamundos, luchador, que ama el trabajo que desempeña.