El Hogar Municipal de Transeúnte, situado en la calle Panaderos y que gestiona la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en colaboración con el Ayuntamiento de León, ha recibido desde el inicio de la pandemia del coronavirus un total de 267 personas sin hogar (397 desde enero de 2020). Esta situación sobrevenida ha provocado que quienes acuden a estas instalaciones permanezcan en ellas durante más tiempo y, por tanto, la rotación sea inferior.
Pese a que la falta de oportunidades casi perpetúa su estancia en los centros de acogida, Luz Lozano, trabajadora del centro, considera que “alargarla más allá de los días que tienen inicialmente es positivo” al “generar un vínculo de confianza más fuerte”. En este sentido, y en el marco del Día Mundial de la Justicia Social que se celebra este 20 de febrero, asegura que “es un ingrediente estupendo para fortalecerles y empoderarles como personas dignas que son”.
Las 13 camas que hay disponibles en la actualidad han rozado el cien por cien de la ocupación a consecuencia, asimismo, de la ola de frío que azotado el país y que ha dejado en la provincia de León temperaturas mínimas extremas. “En los meses de diciembre y enero la acogida se ha tornado flexible y se ha adecuado al contexto”, explica Luz Lozano para, a renglón seguido, subrayar que “no se ha dejado a nadie en la calle”, informan desde la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
”Escucha atenta
“He percibido cómo el cariño les da esperanza, les empuja a querer avanzar y les ofrece esa apertura necesaria para la integración social a través de los recursos que les podemos ofrecer”, confiesa Luz Lozano.
Así, más allá de un techo, calor y comida, incide en ese “trato digno”, en esa “escucha atenta” a sus realidades y necesidades sin perder de vista, en ningún momento, la hospitalidad que define a todos los centros de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y que “tiene su base en valores como el respeto, la calidad, la calidez y la espiritualidad”.
Las Naciones Unidas sostienen que “la justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera” y que “constituye el núcleo de nuestra misión global para promover el desarrollo y la dignidad humana”. A este respecto, Lozano apunta que “ese primer momento de acogida hace a las personas sin hogar visibles y dignas” en contrapartida con lo que sucede en una sociedad que, en muchos casos, al invisibilizarlas, no contribuye a cambiar su injusta situación de exclusión.
El ‘housing first’ (`la vivienda primero’), gana protagonismo en varios países a la hora de abordar el problema. No obstante, en opinión de Lozano, “no se puede empezar la casa por el tejado”. “Hay que poner en el centro a la persona, como la Orden de San Juan de Dios sostiene desde hace siglos, y a partir de ahí recomponer la vida, si el usuario quiere, desde todas sus dimensiones: biológica, psíquica, social y espiritual”, sostiene.
De este modo, espacios como el Hogar Municipal de Transeúntes son “un buen paso intermedio entre estar a la intemperie y el disponer, en un futuro, de una vivienda estable, dado que en muchos casos es necesario un intenso trabajo de reinserción social que ha de ser abordado por diferentes disciplinas”.
Luz Lozano apuesta por dejar a un lado unos juicios de valor que se revelan como “la asignatura pendiente para una gran parte de la sociedad”. “Es fundamental intentar comprender su contexto y, desde ahí, con corazón, razón y recursos, avanzar en pro de esa justicia social que hoy celebramos. Creo que dotándoles de una asistencia integral el término justicia social adquiere un sentido que no sólo atiende a lo que cita en su definición Naciones Unidas, sino al carisma hospitalario y sello humano de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios”, concluye.