La Audiencia Provincial de Salamanca condenó al empresario salmantino G.G.B. a dos años de prisión por traspasar bienes de una empresa a otra con el ánimo de esquivar las deudas que había contraído con sus seis trabajadores y con la Seguridad Social.
Tras alcanzar un acuerdo de conformidad entre las partes, el condenado asumió un delito de insolvencia punible a cambio de la rebaja en las penas solicitadas por el Ministerio Fiscal, de tres años y medio, y la acusación particular, que alcanzaba los cuatro años.
Según recoge la sentencia, consultada por Ical, el condenado traspasó los inmuebles propiedad de Distribución de Alimentación Salmantina Dialsa SL, la empresa con cargas, una nave en Castellanos de Moriscos y un apartamento en Benicasim, a una escisión de nueva creación llamada Frozen Investiment.
Por la deuda generada con los seis trabajadores despedidos de la empresa matriz había generado una estafa cifrada en la sentencia en 245.000 euros y que pretendía eludir con el delito probado de insolvencia punible, evitando el embargo de ambas propiedades.