STECyL-i pide una vacuna contra el machismo que pare el contagio y la propagación del virus. Así lo recoge el manifiesto de la organización sindical ante la celebración el próximo lunes, 8 de marzo, del Día Internacional de la Mujer. "Denunciamos que esto no ha hecho más que agravar una situación de partida con mayores tasas de desigualdad, que hace a las mujeres más vulnerables para afrontar la crisis e incrementa su riesgo de empobrecimiento”.
El texto indica que las mujeres han sido las grandes perjudicadas en la crisis económica provocada por la situación sanitaria, y asegura que seguirán siéndolo cuando se salga de ella. "El empleo femenino es más precario y más pobre. Las mujeres ganan menos, ahorran menos, tienen empleos menos seguros, más probabilidades de economía informal y, por ello, menor protección social. Además, los sectores económicos más afectados por la pandemia están muy feminizados".
Recuerda que durante el confinamiento domiciliario el cierre de los centros educativos y de los centros de día unido al teletrabajo generaron situaciones en las que las mujeres, con menores o mayores dependientes a su cargo, se vieron "desbordadas". La gestión del trabajo se ha complicado para ellas de manera exponencial ya que indicó que el 70 por ciento del trabajo doméstico y de cuidados en el hogar lo realizan las mujeres de forma invisible.
Además, denuncia la "vergonzante" brecha salarial del 22,9 por ciento que recuerda que aún no falta mucho para lograr que “a igual trabajo, igual salario”. También, recordó que se mantiene el “techo de cristal” invisible y que la sociedad también se comporta de manera injusta con ellas.
Al respecto, expone que en la universidad el porcentaje de mujeres empieza siendo mayoría, pero acaban siendo invisibles. El 39,6 por ciento del personal docente e investigador son mujeres, pero sólo llegan a ser catedráticas el 20,8 por ciento. Sólo tres de cada diez puestos directivos están ocupados por mujeres. También en las enseñanzas obligatorias sucede que siendo mayoría sobre todo en la enseñanza primaria, la mayor parte de los equipos directivos están compuestos por hombres.
También recuerda a las 1.080 mujeres asesinadas por violencia machista desde que existen los recuentos. "Creemos firmemente en el poder transformador de la educación y sabemos que para que las relaciones entre hombres y mujeres cambien, debemos eliminar de nuestras enseñanzas todo aquello que pueda ser discriminatorio para las mujeres, todo aquello que dañe a las personas", añadió.
STECyL-i afirma que “tenemos que garantizar una educación que fomente los valores de equidad e igualdad social, debemos coeducar en igualdad. Por ello elaboramos cada año propuestas didácticas para que a través de una serie de actividades que planteamos todo el alumnado, desde los más pequeños hasta los mayores, analicen las desigualdades que existen entre hombres y mujeres y que, desde la educación, adquieran un espíritu crítico ante esta desigualdad, así como que la igualdad sea el eje principal en sus relaciones”.
La Organización de Mujeres de STECyL-i aseguró que de una manera u otra seguirá en la lucha y alzará su voz contra las injusticias que provoca en las mujeres la sociedad patriarcal. "Es necesario decir basta para demostrar que las mujeres unidas somos poderosas", indica.