El Juzgado de lo Penal 3 de Valladolid ha impuesto una multa de 1.800 euros a un cerrajero de la capital, Gustavo P.M, por los daños causados en los bombines de las puertas de distintas comunidades de vecinos, tanto en viviendas como locales, y que dejaba publicidad de su empresa en los lugares donde actuaba para recibir los encargos de reparación.
El juicio no ha llegado a celebrarse debido al reconocimiento de los hechos del acusado y la sentencia de conformidad anunciada 'in voce' por el juez tras el acuerdo entre el Ministerio Fiscal y la defensa, consistente en la referida multa por un delito continuado de daños y la obligación de indemnizar a las comunidades y particulares afectados con un total de 2.834 euros, que podrá abonar en mensualidades de 100 euros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
El periodo investigado se circunscribe a los años 2018, especialmente a partir de la segunda mitad, y hasta marzo de 2019, durante el cual el ahora condenado, que regentaba un negocio de cerrajería 24 horas, se dedicó a inutilizar numerosos bombines mediante la introducción de objetos en las mismas. En unas ocasiones, la reparación consistió en la retirada de palillos y silicona y en otras la sustitución del bloque de la cerradura.
Los inmuebles afectados se localizaron en la calle Italia, Domingo Martínez y Galatea, con la particularidad de que el condenado era el cerrajero habitual de una comunidad de propietarios de esta última que descubrió al autor de los daños al instalar una cámara de videovigilancia ante el carácter reiterado de los mismos.
La investigación se produjo a raíz de las denuncias interpuestas por vecinos de los inmuebles afectados, fundamentalmente de comunidades de la zona centro de Valladolid, entre ellas la calle Galatea.
Entre los afectados figuraba un despacho de abogados que el día 26 de febrero de 2019 presentó denuncia ante la Policía Nacional con motivo de los daños sufridos en la cerradura de la puerta de entrada registrados entre esa madrugada y la tarde-noche del día anterior.
Al ir a introducir la llave en la cerradura sobre las 08.30 horas del día 26, el afectado descubrió que la misma había sido obstruida mediante la inserción de unos palillos, con lo que se vio obligado a solicitar los servicios de un cerrajero. El profesional, una vez personado en el inmueble, logró extraer del bombín de la puerta un trozo de palillo.
El denunciante precisaba en su denuncia que en cuatro o cinco ocasiones anteriores alguien ya había dañado de la misma forma el bombín de la puerta del portal, que en el momento de ocurrir los hechos denunciados no presentaba forzamiento alguno.
Esta y otras denuncias de vecinos de inmuebles colindantes concluyeron con la detención del responsable, un cerrajero que se había publicitado previamente en los inmuebles afectados con el fin de que sus vecinos reclamaran sus servicios.