Castilla y León ha presentado, durante los últimos tres años, una caída sostenida de la tasa de emancipación en la población de entre 16 y 29 años, con niveles por debajo de la media española, según se extrae del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud.

En comparación con el segundo trimestre de 2019, la tasa de emancipación registrada un año después se mantenía en niveles parecidos, ya que a mitad de 2019, el 15,4 por ciento de la población joven había logrado salir del hogar familiar y en el segundo trimestre de 2020 lo hizo el 15,5, desmarcándose de la pauta general del resto de Comunidades Autónomas, donde se produjo de manera generalizada un fuerte descenso de la emancipación residencial en la población menor de 30 años, según reflejan los datos del Observatorio de Emancipación del primer semestre de 2020.

Así, en cuanto al nivel de estudios, con respecto al año precedente, se reflejaba un descenso del volumen de personas jóvenes que completaron estudios superiores, reduciéndose en un 4,36 por ciento. A mitad de 2020 algo más de la cuarta parte, el 26,5 de la población menor de 30 años, había alcanzado estudios superiores.

También, eran las mujeres quienes continuaban su itinerario académico en mayor medida que los hombres jóvenes. En efecto, más de la mitad de las mujeres con estudios superiores (el 52,7 por ciento) seguía ampliando su capital curricular, mientras que los hombres lo hacían en un 27,5.

Por otra parte, corroborando las cifras extraídas del padrón municipal de habitantes, se constata que, de manera continua, Castilla y León pierde población joven por el mero hecho de que traslada su residencia a otras Comunidades Autónomas.

En 2019, Castilla y León era, después de Ceuta, Melilla y Extremadura, la comunidad autónoma con un saldo migratorio interautonómico más negativo en términos relativos. En cifras absolutas, equivale a afirmar que Castilla y León perdió más de 2.700 personas solamente por la movilidad interautonómica en tan solo un año.

La disminución de la tasa de actividad entre la población joven con estudios superiores, el colectivo con una mayor presencia en el mercado laboral, fue más intensa que en España (de 3,9 puntos en un año) y mucho más todavía entre las mujeres jóvenes con estudios superiores completados, a pesar de que uno de los aspectos que nos distingue a la juventud de Castilla y León del resto de Comunidades y del conjunto nacional, es la sobrecualificación.

Así, el 51,2 por ciento de la población entre 16 y 29 años con trabajo en Castilla y León estaba sobrecualificada en el segundo trimestre de 2020. En las nuevas contrataciones efectuadas entre menores de 30 años predominaban los de duración temporal, para el 92,4 por ciento, en el segundo trimestre de 2020.

La mayoría de los nuevos contratos celebrados pertenecieron a la tipología de eventuales (52,5), seguidos por los de obra y servicio (32,4). Y, tan solo el 7,6 por ciento de los pocos contratos celebrados, fueron de carácter indefinido.

PANDEMIA

Una de las consecuencias de la pandemia fue la destrucción de empleos ocupados por población joven, lo que hizo que en el segundo trimestre de 2020 aumentara fuertemente la tasa de paro afectando al 27,5 por ciento de las personas de entre 16 y 29 años en Castilla y León.