El día 30 de marzo de 2021, tras una corta enfermedad y rodeada por su familia, ha fallecido la catedrática emérita de la Universidad de Salamanca Josefina Cuesta Bustillo (Villamolón, 1947-Salamanca, 2021). Estudió en ese centro, donde se doctoró y obtuvo Cátedra en Historia Contemporánea. Además, fue estrecha su colaboración con asociaciones de memoria, especialmente con la Asociación de Memoria y Justicia de Salamanca.
La Universidad de Salamanca no tardó en emitir un mensaje, a través de sus perfiles en redes sociales, lamentando “profundamente” el fallecimiento de Cuesta, “reconocida investigadora en memoria histórica” y exdirectora del Centro de Estudios de la Mujer. La Usal recordó además que en 2008 obtuvo el Premio María de Maeztu a la Excelencia Científica por la Universidad de Salamanca.
La Junta Directiva de la Asociación Salamanca Memoria y Justicia reunida el 30 de marzo de 2021 ha decidido nombrar a Josefina Cuesta Bustillo Socia de Honor a título póstumo, según explican en el siguiente comunicado:
"Josefina siempre tenía una sonrisa un tanto burlona e inquisitiva que revelaba su sagacidad y su conocimiento del pasado. Con aquella sonrisa desarmaba los peregrinos argumentos de sus dos eternos enemigos: el machismo y la desmemoria.
Europea por los cuatro costados, era una intelectual que nos dejaba ese soplo de cosmopolita ilustrada al pasear por Salamanca o tomar con ella un excelente vino en la Plaza Mayor. Su conversación invariablemente traslucía su profundo conocimiento del mundo de los trabajadores y de la violenta historia de la Europa del siglo XX.
Para la ASMJ su marcha esta madrugada nos ha conmovido profundamente. Josefina nunca dejó de estar a nuestro lado en todas las aventuras en las que nos internamos. Permanentemente dispuesta, defendió nuestras aspiraciones y empeños en las comisiones de expertos de la Memoria Histórica en los ámbitos nacional, regional y local.
Jamás apartó su perspicaz mirada cuando los ignorantes esgrimían idearios trasnochados, inhumanos e hipócritas. Con su fino argumentario sencillamente los anulaba. Puso en su sitio a los defensores de mantener viva la afrenta que supone la no desacralización del Valle de los Caídos. Nos acompañó con orgullo en la Plaza Mayor el día que se aprobó la retirada del medallón. Removió la conciencia en sus libros, congresos y conferencias sobre la indolencia patria hacia los exiliados, el dolor de las mujeres en la represión franquista y el retroceso de los derechos civiles y la educación en la posguerra.
Josefina será recordada por la ASMJ como una más de nosotros. Era algo más que socia sin serlo. Era nuestra adalid que aparecía en los momentos claves para dejar claro que el respeto a las familias de las victimas estaba por encima de cualquier criterio mediocre y ventajista. Tras cada una de sus victorias le falta tiempo para contarnos las intriguillas de los equidistantes y las fanfarronerías con pies de barro de los despiadados. Recordaremos con agrado, simpatía y cariño todas aquellas tareas que realizó por nuestras familias".